Los tres tomos de Tragicomedia Mexicana, ensayos de la historia y la cultura de México —que comprende periodos presidenciales entre 1940 y 1994—, son lectura imprescindible a quien quiera observar que ningún proceso cultural queda alejado de la política en los diversos sexenios de nuestra vida pública. Uno se pregunta cómo podrían narrarse sucesos posteriores a esos años, los más convulsos, cuando estaba por concluir el poder omnímodo del priismo en el año 2000, con el arribo de Vicente Fox, el más puro panismo, para seguir con Felipe Calderón —otra vez el PAN—, y regresar al PRI, con Peña Nieto, hasta topar con AMLO, en 2018.
Carlos Fuentes advertía que el triunfo de Fox no era el fin del PRI, pues el dinosaurio aun tenía tentáculos en varios estados de la República. Tardó años el desmantelamiento del partido hegemónico, pero cae, quiera o no. Queda el PAN como fuerza de la derecha contra el partido en el poder, MORENA. ¿Y en la vida cultural, qué ha pasado desde que José Agustín dejara su Tragicomedia mexicana, en 1994? Los años del levantamiento zapatista en Chiapas, con textos del Sub Comandante Marcos, que cautivaron a más de uno; las películas antisistema de Luis Estrada, o las muertes de Octavio Paz, María Félix, Carlos Monsiváis y el mismo Carlos Fuentes.
Hoy la cultura oficial se ha visto disminuida en su presupuesto pero, curiosamente, el prestigio de México se ha visto reflejado a través del cine en figuras como Alejandro G. Iñárritu, Guillermo del Toro y Alfonso Cuarón, o emblemas como la indígena Yalitza Aparicio, el mestizo Tenoch Huerta y el español/mexicano Daniel Giménez Cacho (mencionar etnia es revelar cómo ha cambiado el mundo con los procesos de inclusión racial). La mayoría de ellos que no ha necesitado del Estado para destacar en su crecimiento artístico: antes algo impensable.
Ahora que acaban de reeditar Tragicomedia Mexicana uno quisiera la prosecución de esas obras que se leen como historia y movimiento cultural. En materia ensayística es un gran ejercicio escritural para entender un país. Al reciclar estos libros nuevas generaciones podrían entender los múltiples porqués de un México inclusivo, alejado del acartonamiento del pasado. No es poco…