La ONU ha declarado el 15 de noviembre como el “Día de los Ocho Mil Millones”, porque justo este día la población mundial alcanzó los 8.000 millones de personas, y seguirá aumentando en los próximos años.
¿Y en qué nos afecta? Muy sencillo, en la misma medida en la que vamos sumándole a nuestra población, es la misma a la que vamos restando a nuestros recursos naturales.
Nunca en la historia, nuestros ríos habían estado tan contaminados como ahora. Nuestro aire nunca había estado con tan mala calidad, como la que hoy tiene. Nuestros veranos jamás habían sido tan calurosos; y nuestros inviernos tan fríos. En América Latina, la disponibilidad de agua por habitante ha disminuido en un 22% en los últimos 20 años; y millones de agricultores se enfrentan a sequías que amenazan sus cultivos, poniendo en riesgo su supervivencia.
La situación es muy clara la demanda de recursos naturales que estamos ejerciendo (explotación) es mucho
mayor a la capacidad de oferta (restauración) de nuestros recursos naturales, de aquí la consecuencia del sobre calentamiento de nuestro planeta.
Esto nos lleva al tema que debería de ser prioridad en todas las agendas, el cambio climático; un tema tan grave y capaz de llevarnos a la extinción.
El mundo debe unirse para promover el desarrollo sostenible y los derechos humanos para todos. “Si no superamos el enorme abismo entre ricos y pobres, tendremos un mundo de 8000 millones de habitantes lleno de tensiones y desconfianza, crisis y conflictos”, palabras de António Guterrez Secretario General de las Naciones Unidas, con lo cual coincido plenamente. Esto se dijo en Egipto en el Marco de la COP 27,(Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2022).
Pero, y ¿En México qué esta pasando? El discurso de los últimos tiempos va enfocado a la división y a juzgar el privilegio, hoy no solo somos mexicanas y mexicanos, hoy también nos llaman chairos y fifís, condenándonos a tener sociedades divididas incapaces para hacer equipo y ponerse de acuerdo, aislando esfuerzos en lugar de ponernos a trabajar para optimizar nuestros recursos, con esto quiero decir que también a la par de nuestro crecimiento poblacional, ha crecido también la desigualdad.
El Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) señaló que si bien llegar a 8000 millones de habitantes ilustra una historia de éxito para la humanidad, también plantea preocupaciones sobre los vínculos entre el crecimiento de la población, la pobreza, el cambio climático y el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Ante estas cifras ¿qué nos queda por hacer? usar menos de todo, para hacer rendir más nuestros recursos; y, aplica para todo, usar menos agua en nuestro día a día; reutilizarla más, comprar menos; optimizar más lo que tenemos; consumir solo lo que necesitamos y no lo que deseamos, desde los alimentos hasta la ropa que nos ponemos.
Todo esto implica unas emisiones de carbono, así como una liberación de sustancias contaminantes, que puede complicar aún más la situación. Y, claro, si la población mundial aumenta, también lo hará esa huella de carbono, pues se traduce en un mayor número de personas consumiendo.
Justo mañana comienza el buen fin, que llega con “ofertas seductoras”, por lo que quiero aprovechar este espacio para invitar respetuosamente, a todas y a todos los lectores a no consumir si es posible, y si no es posible evitarlo, hacerlo con toda la conciencia, esto además de poder significar un ahorro para el bolsillo, es un ahorro enorme para el planeta. Hace unos días escuche una frase muy sabia “Es un error no hacer nada por creeer que se hace poco” Empecemos ya por consumir menos.
Este martes Damian nacido en Santo Domingo (República Dominicana), ha provocado que la población mundial haya alcanzado simbólicamente los 8.000 millones, sin embargo ahora la interrogante será; ¿Cual va a ser el futuro del pequeño Damián y de todas las y los niños por nacer si no tomamos acciones ya ?