Según lo ha revelado Leonardo Kourchenko en su columna publicada en ‘El financiero’, el presidente López se reunió a puerta cerrada con sus veintiún gobernadores morenistas, algunos diputados y senadores de toda su confianza y el mafioso Adán Augusto López, Secretario de Gobernación. El discurso de Amlo comenzó con un repaso histórico de México. Habló de las luchas intestinas durante el siglo XIX entre liberales y conservadores. A renglón seguido se refirió a la Revolución Mexicana y a la posrevolución que se detuvo debido a que al general Lázaro Cárdenas, el país se le fue entre las manos porque perdió el apoyo del libro –cuándo y cómo no lo sabemos-. ‘A nosotros, les expresó a los morenistas, no nos puede pasar lo mismo’. Y les pidió su ayuda para hacer lo que sea necesario para conservar el poder en el 2024. Los invitó a violar la ley de ser preciso. Al tabasqueño le va la vida, y no se detendrá ante nada. Carta blanca, pues, para arrebatar la elección, así sea menester manipular, desviar recursos. Cartera abierta que incluye robar votos. La arenga electoral parecía no tener límites, extraviado en su propósito de consumar el Obradorato. Con el INE o sin él, se trata de garantizar la victoria. Los electores en nada importan.
Con las Fuerzas Armadas no hay problema, Cresencio Sandoval y sus huestes castrenses están, lacayunos, por todos mimos que bien conocemos, a su entera disposición. Vivimos, pues, el peor momento de nuestra historia, fraguado por el alma oscura del Jefe del Ejecutivo
La luz de aquella esperanza en la que creyeron millones de compatriotas se ha apagado. La frágil democracia ha cedido su lugar a una tiranía en ciernes. Quien dijo que no era “un ambicioso vulgar”, se ha desdicho con su comportamiento. Eso es y nada más. La mesura ha sido reemplazada por un ‘cueste lo que cueste’, en una conspiración patética. Pues que una conspiración no sólo une a varias personas contra alguien, particularmente contra quien manda o gobierna. Es también confabularse, intrigar. Y esa reunión secreta de Amlo con su ‘círculo político’ es toda una conspiración. ¿Para qué defender la cuartoté? Si sólo ha sido un ‘proyecto’ fallido, una nomenclatura grandilocuente. “Somos distintos” no se ha cansado de repetir. Tiene razón: son peores.
* * *
Juan Villoro, escritor lúcido y muy respetable, ha dicho que el tabasqueño no es hombre de izquierda, sino un populista. Eso le ha valido un denuesto de López en una de sus insufribles mañaneras.