Federico Arreola
Miente sobre el presidente López Obrador la señora Elena Chávez, autora del libro El rey del cash. Enseguida daré mis razones para explicar por qué opino de esa manera.
Un día de principios de 2006 me llamó Ciro Gómez Leyva. Me dijo: “Ojalá no vayas a terminar siendo el Lino Korrodi de López Obrador”.
Recordemos que Korrodi estuvo en el centro de varios escándalos relacionados con la recaudación de fondos privados para la campaña presidencial de Vicente Fox en el año 2000.
La preocupación de Ciro obedecía a que yo iniciaba mi participación en la primera campaña electoral presidencial de Andrés Manuel, y entre otras responsabilidades el candidato me dio la de coordinar los donativos privados.
A Ciro le dije que por ningún motivo iba yo a ser el Korrodi de AMLO. Y es que no, no iba a verme involucrado en ningún escándalo de dinero político. Era imposible que me metiera en ese problema porque (i) Andrés Manuel me exigió, desde que me integré a su equipo, que todo lo que yo hiciera fuera absolutamente legal y honesto, y (ii) su firme compromiso con la ley y la honestidad fue lo que me llevó a colaborar con el tabasqueño.
Para no equivocarme, lo primero que hice en cuanto llegué a aquel grupo de campaña de AMLO fue buscar al entonces presidente del IFE, Luis Carlos Ugalde. Este hombre no me dejará mentir. Ugalde me explicó los detalles legales sobre los donativos políticos y hasta me juntó con el funcionario del INE responsable de vigilar el financiamiento a las campañas, Alejandro Poiré.
Varias veces rechacé donativos que excedían los límites establecidos en la ley. Y nunca vi efectivo en esa campaña. Pensé, eso sí, que una buena idea para financiar parte de las actividades del equipo lopezobradorista eran los pequeños donativos. Diseñamos el 01 900 AMLO, un número telefónico para recibir aportaciones de 30 pesos por llamada.
Desgraciadamente —yo no lo sabía— los señores Ugalde y Poiré, entonces jerarcas del IFE, ya apoyaban a Felipe Calderón y no autorizaron completo, esto es, ciento por ciento operable, ese sistema de recaudación telefónica.
El propio Carlos Slim me buscó para decirme que Telmex no podía prestar el servicio tal como yo lo había solicitado porque el IFE, de plano, no quería.
De 2006 a 2011 seguí cerca de AMLO y puedo decir que estaba perfectamente enterado de todo lo que se hacía en aquella dura etapa de la resistencia contra el autoritario panista que se había robado las elecciones. Nunca vi nada ilegal.
A César Yáñez, muy cercano a Andrés Manuel durante años, se le ha involucrado en el escándalo que ya se ha hecho por la próxima difusión del libro El rey del cash.
Considero a César un hombre honesto y de principios. ¿Por qué se le ataca de esa manera? La respuesta está en el dato más conocido de la biografía de la autora del libro, Elena Chávez: ella fue esposa del señor Yáñez.
Elena tiene talento, sin duda. Es buena en lo suyo, el periodismo y la escritura. Una pena que sus conflictos personales los esté convirtiendo en show político. Supongo que le irá bien con la venta de libros, felicidades.
Saludos y olores en el informe de Claudia
Los acertijos matemáticos son interesantes. Uno famoso es el de los apretones de manos. Dice así: “En una reunión la totalidad de los y las asistentes se dieron la mano entre sí. Hubo equis cantidad (la que sea) de apretones de manos. ¿Cuántas personas estaban en la reunión?”. O al revés: “Después de un evento, los y las participantes se despiden. Todo el mundo da la mano a todo el mundo. ¿Cuántos apretones de mano hubo?”
A la gente dedicada a la política le encanta ir a los informes o a las tomas de protesta de sus colegas, entre otras razones para saludar a cualquier persona que se le ponga enfrente, sobre todo si se trata de alguien conocido o con influencia. La droga de políticos y políticas es el saludo.
El origen de la costumbre de estrecharse las manos es tan antiguo como incierto. Pero solo hasta hace unos años se descubrió su utilidad. En 2015, investigadores del Instituto de Ciencias Weizmann, de Israel descubrieron que el saludo sirve para obtener información del prójimo a través del olor. Es decir, en el experimento la mayoría de las personas se olieron las manos después de saludar a alguien.
Quienes ayer asistieron al informe de Claudia Sheinbaum en el Auditorio Nacional se saludaron, se olieron y ¿regurgitaron? Digo, hay olores desagradables que llevan a la náusea, y no precisamente a la novela de Sartre.