Poco a poco, a pesar de la lluvia, se fue conformando en la rectoría de la UAQ un altar lleno de flores, globos blancos, velas y mensajes en memoria de ValentinaVázquez, joven de 17 años, asesinada; no en la calle, ni en el antro, en su casa, “en su nido, en lo que tendría que ser un espacio seguro, por su ex pareja, Luis Fernando N, presunto responsable, quien ya se encuentra bajo custodia por la Fiscalía del estado.
Marianne y Laura García, tías de Valentina Vázquez exigieron justicia por la muerte de su sobrina y piden al gobernador Mauricio Kuri y al presidente de la República que no suelten al presunto feminicida.
En un húmedo ambiente, silencioso la mayor parte del tiempo, duelo que se vio interrumpido por llantos, explosiones de consignas y rezos, cientos de mujeres y algunos hombres realizaron un llamado de justicia por el octavo feminicidio en lo que va del año en Querétaro.
“Queremos Justicia, que no lo suelten. Él llegó a su casa a agredirla, que no vayan a cambiar su versión. No podemos hablar más por sugerencia de los abogados, pero debe pagar por lo que hizo”, comentó Marianne García, tía de Valentina, asesinada el 5 de septiembre.
Valentina Vázquez tenía sueños, quería estudiar cine, quería vivir.
“Era una muy buena niña, niña de familia; ayudaba y recogía perritos para darnos en adopción. Quería estudiar cine. A ella no la mataron en la calle, ni en un antro, la mataron en su casa, en su nido, ahí la agredieron, ahí se desangró”, compartían sus tías.
Laura García expresó abiertamente el duelo, en su mensaje siempre estuvieron presentes sus lágrimas, pero el llanto no le impidió expresar su reclamo, su temor y el agradecimiento por las muestras de apoyo y cariño hacia su joven sobrina.
“Gracias por tomarse el tiempo de traerle algo a Vale, levantar la voz.
Cuídense, porque nadie nos cuida; yo soy madre de una hija de 16 años, temo por su vida todo el tiempo, lo temía por Valentina y por cada una de las muchachas que veo que suben a un autobús, que caminan en la calle, o salen a divertirse. Nadie nos cuida, todos somos Valentina. Gracias por estar aquí”, emotivas palabras que fueron secundadas por el grito de “¡Ni una menos!” “¡No están solas!” y “¡Justicia!”.
Tras un minuto de silencio siguieron los aplausos y se rezó un Padre Nuestro, luego volvieron los gritos y reclamos por justicia, la palabra más exclamada, casi siempre ignorada, aunque en este caso ya se tiene detenido al “presunto” agresor.
Frente a la rectoría en medio del duelo había espacio para la reflexión, hacia el cuidado, en busca de respuestas al “¿Por qué pasó? ¿Qué nos está pasando?”
Al medio día la gente se había dispersado de rectoría, pero permanecían las nubes de dolor y los testimonios en cartulinas que emitían mensajes de sororidad.
“En las nubes, en los rayos del sol, en el viento y en los árboles, en las plantas y en las voces que gritan alto y fuerte tu nombre, te quedas”.
“Justicia para Valentina; para que mañana no sea Ale, Fer, Lore, Nicole, Citlalli o Azul”.
“Valentina, tu nombre pudo ser el mío”.
“Tu nombre y tu sonrisa no se nos olvidarán jamás”.
Sólo algunos de los cientos de mensajes que quedaron pegados en las paredes y retumban en las almas de quienes ayer desfilaron para llevar una luz de esperanza en cientos de velas, globos que puedan volar libres por el cielo y con la esperanza de que las flores que reciban en un futuro sean por amor y no por duelo.
Así transcurrió la mañana. Mientras que en el Centro de Congresos se destacaba a la industria y al crecimiento económico del Estado, en el Cerro de las Campanas se expresaba el dolor, la impotencia y se gritaba la palabra Justicia por el feminicidio de Valentina, dos caras de una misma realidad queretana.