“Los ucranianos podrían dejar de morir mañana mismo si EE.UU. se sentara con Rusia e hiciera la paz, sin embargo, Occidente tiene otros intereses en juego”, indicó el cofundador de Pink Floyd y leyenda del rock británico Roger Waters.
“[El conflicto] se puede detener, en mi opinión, mañana mismo”, dijo Waters. “Todo lo que hace falta es que los estadounidenses se sienten a la mesa y digan ‘OK, sigamos con los acuerdos de Minsk’. Y entonces se acabaría todo”(1).
El presidente de Ucrania, Zelenski, fue electo porque prometió solucionar el asunto del Donbás con la vuelta a los acuerdos de Minsk. Ahora, a casi siete meses de guerra y destrucción, los acuerdos de Minsk, que el mismo Zelenski hizo a un lado, son prácticamente imposibles. Dos veces ha abandonado Ucrania las negociaciones con Rusia, en estos momentos los términos, para los rusos, son otros. Zelenski desperdició dos importantísimas oportunidades de terminar con el conflicto sin tantas pérdidas.
Como dice Putin, Estados Unidos seguirá en la guerra luchando hasta el último ucraniano. Cada día de guerra son pérdidas territoriales y humanas para Ucrania. Rusia tiene prácticamente controlado el Donbás y en el Sur controla Mariúpol, Berdyansk, Melitopol, Zaporiya, Jersón y tienen rodeada a Micolaiev hasta Voznesensk, si avanzan hacia el Oeste envuelven en el Norte, por tierra, a Odesa y por el sur con su flota naval la tienen bloqueada. Con los avances diarios, pronto quedará cerrado el acceso al Mar Negro y, si no se llega pronto a una negociación, el centro de Ucrania quedará ocupado, para establecer un colchón entre el resto de Ucrania y el Donbás. Si negociara hoy, podría salvar a Odesa, dentro de dos o tres meses, estará en manos rusas. El invierno es el gran aliado de los rusos.
Por otro lado, Ucrania se ha endeudado con Occidente, principalmente con Estados Unidos a niveles imposibles de pagar a mediano plazo. Le han enviado, no gratuitamente, miles de armas viejas y obsoletas, que Rusia ha destruido a placer y unos cuantos mísiles que son insuficientes a todas luces para ganarle la guerra a Rusia. Sin embargo, los europeos y los estadounidenses le han hecho creer a Zelenski que ganará la guerra, hecho casi imposible, dada la enorme asimetría con respecto a la maquinaria bélica rusa.
La guerra económica y energética, que se ha librado paralelamente, surtirá efectos en cuanto empiece el invierno, en dos meses más. La presión de la carestía del gas y la inflación en Europa, sobre sus propios gobiernos, obligará a ceder en las sanciones contra Rusia, ya cayeron dos gobiernos, el de Gran Bretaña y el de Italia, Scholz no la tiene fácil en Alemania, Polonia y Hungría juegan un papel disruptivo en la Unión Europea. De parte de Putin, se ha cuidado en extremo manifestar que el problema con Ucrania es con Estados Unidos, no con Europa. Sin embargo, esta línea tan delgada se está rompiendo por las sanciones contra Rusia y sus consecuencias en la población alemana y europea.
En Estados Unidos habrá elecciones en noviembre, la inflación en este país estará jugando un papel en contra de Biden. Si pierden los demócratas el control de la cámara de representantes y del Senado, Rusia aprovechará de inmediato esta situación para organizar referéndums y apoderarse del Sur de Ucrania, que sería la consolidación de los avances en el terreno militar.
El conflicto de Estados Unidos contra China por Taiwan, tendrá efectos positivos para un mayor apoyo chino a Rusia y la búsqueda de acercamiento con los BRICS, que les dará tiempo y alternativas a ambos países, China y Rusia, para ir conformando un polo de poder separado del modelo económico y político occidental.
Si tan solo el inexperto Blinken le hiciera un poco de caso al viejo lobo de mar, Henry Kissinger, que dice: “Ahora no se puede decir que vamos a separar y enfrentar [a Rusia y China]. Lo único que se puede hacer es no acelerar las tensiones y crear opciones, y para eso hay que tener algún propósito” y, agregó, que Estados Unidos “debería buscar un “equilibrio” con los dos países”. En Davos (Suiza), Kissinger ya había destacado la importancia de que Moscú y Kiev volvieran a la mesa de negociaciones en los siguientes dos meses para evitar que la crisis se agravara aún más. Para conseguirlo, el político admitió que Ucrania tendrá que ceder parte de sus territorios a Rusia (2). La realidad es percibida de distinta manera por Blinken.
Al parecer los políticos viejos de Europa y de Estados Unidos, se quedaron viendo para atrás, sin percibir el tren del futuro que pasa frente a ellos a gran velocidad.
(1)https://actualidad.rt.com/actualidad/438405-roger-waters-entrevista-occidente-guerra-ucrania
(2) Henty Kissinger: “Estamos al borde de una guerra con Rusia y China por cuestiones que en parte creamos nosotros”, Publicado:14 ago 2022, en https://actualidad.rt.com/actualidad/438461-kissinger-estamos-borde-guerra-rusia-china