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éxico no va nada bien. Y no hablamos de políticas públicas y económicas, derroche y caprichos, de quienes desde Palacio Nacional, diariamente, siembran división, odio y encono. No.
No nos referimos del Tren Mayas, el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles ni de la Refinería Dos Bocas. Tampoco de las guarderías, los medicamentos para niños con cáncer ni tantos otros temas que saturarían este espacio.
No.
Hablamos de la estrategia nacional de seguridad pública. Ni mas ni menos. Y es que ayer, al hacer un recuento de daños por los narcobloqueos y ataques a negocios y ciudadanos de a pie registrados la semana pasada, que cobró la vida de 260 personas, gabinete de seguridad inauguró las conferencias del medio día teniendo como tema central los ataues del narco la semana pasada en distintas ciudades. Pero antes, como preámbulo, el presidente marcó la pauta en su mañanera: “Fue de los fines de semana, aunque parezca increíble, con menos homicidios; sin embargo, por la propaganda, la percepción es otra. Y tiene que ver también con el interés de quienes llevaron a cabo estas acciones, de hacer también propaganda. ¡Pobre México!