Cada vez es más común enterarnos de ciudadanos que ante la lentitud de la justicia, deciden tomarla por sus propias manos. Lo mismo ante asaltantes que frente a violadores o secuestradores, la gente ya no espera y va por los delincuentes. Así sucedió ayer en la céntrica avenida Pasteur. Un ladrón de coches que fue sorprendido, terminó golpeado y amarrado a un árbol.
AGUA PUERCA NI DE LEJOS NI DE CERCA.