Leí el sábado a Fernando Figueroa en el suplemento Laberinto; recuerda los cinco años de ausencia de Rius (1934–2017). Autor de libros que forma a jóvenes que prefieren la caricatura para el aprendizaje de temas sobre Cuba y el comunismo, la historia pasada y presente, la alimentación vegetariana, Israel y Palestina, la corrupción en el poder en el país y tanto suceso donde la risa va de la mano del conocimiento. No todos coinciden con Rius porque era un polemista irredento de pies a cabeza. Pero es innegable su paso por la causa de la verdadera democracia mundial. No cualquiera.
Fue en Editorial Posada que el editor Ariel Rosales publicó desde el principio a Rius, hasta el final, en editorial Grijalbo. (Rosales es sin duda una memoria del mundo editorial. Nos debe libro). Es el caricaturista más influyente de todos los tiempos, en épocas donde el régimen de Gustavo Díaz Ordaz lo mandó encarcelar –Luis Echeverría como secretario de Gobernación: él pidió la orden–, y afortunadamente salió libre gracias a la intervención del General Lázaro Cárdenas –en el libro de Eduardo Cruz Vázquez, Los silencios de la democracia, puede leerse la detención y sus consecuencias: Rius enfermó del corazón y de la Ciudad de México se fue a Cuernavaca.
Es un gigante del dibujo y sus guiones. Ningún caricaturista tiene su sabiduría para contar historias, por más que lo han intentado. Si fuéramos serios con la historia, al menos sus personajes de Calzonzin y Doña Tecla –o el autorretrato de Rius– deberían ser una estatua, mínimo, en su pueblo natal (Zamora, Michoacán). Fui editor de tres de sus libros: 2010, ni independencia ni revolución, Descubriendo a Colón y Casa de citas. Un honor.
La censura lo persiguió en su labor. Su libro Los judíos, de Grijalbo, fue retirado de ventas por las presiones de Israel en México. Y en Planeta se negaron a reeditarlo porque veían problemática su comercialización. Es tiempo de decir la verdad porque la historia de Rius es una novela por escribirse.
Un autor que vivió de sus regalías. Un conocedor de la historia al que los jóvenes siguen leyendo. Un ser amable, simpático, burlesco; y una familia entrañable a la que mandamos saludos, el lunes, el día que Rius…