Con la presencia de más de 7 mil personas, entre mujeres peregrinas y el grupo de hombres ciclistas, se llevó a cabo la ceremonia litúrgica para celebrar la edición 2022 de la peregrinación a la Basílica de Guadalupe.
Más de 6 mil mujeres peregrinas de alrededor de 12 decanatos participaron en la organización de esta simbólica caminata, que alude a la tradición de la gran peregrinación que, desde 2020, ante la llegada de la pandemia por COVID-19, ha sido suspendida, por los riesgos de contagio.
En esta ocasión, las peregrinas se reunieron en la Calzada de Guadalupe desde las 7 de la mañana; para recibir en punto de las 12 del día la palabra de Dios a cargo del propio obispo de Querétaro, Fidencio Lopez Plaza.
Además, se adhirieron poco más de 47 grupos de ciclistas peregrinos, que aglomeraron a más de 800 integrantes, quienes encabezaron este trayecto, desde la esquina con Avenida Victoria hasta la explanada de La Villa.
Tras el arribo, el obispo Fidencio López reconoció la alianza y el trabajo conjunto entre la Diócesis de Querétaro y la administración de la Basílica de Guadalupe, misma que implementó los protocolos sanitarios de aforos y uso de gel antibacterial, así como garantizar el uso del cubrebocas, ante la llegada de las peregrinas y los ciclistas.
Durante la misa, el obispo pidió dedicar este movimiento y elevar una oración por los integrantes de la histórica peregrinación, que han fallecido a causa de la emergencia sanitaria mundial; dedicando un aplauso hasta el cielo.
“Les pido que en un momento de silencio, oremos por todos los peregrinos y peregrinas que han fallecido a causa de la pandemia; y también por todos nosotros, peregrinos todavía en esta vida”.
Por ello, realizó una bendición a los cubrebocas que fueron entregados este año como incentivos a cada decanato; al señalar que es actualmente un elemento de protección contra la pandemia; pero también contra las blasfemias y agresiones verbales a terceros.
Además, López Plaza enfatizó la necesidad de los queretanos de caminar en la fe y la esperanza en la Virgen Morena; y refirió el evangelio sobre la creación del Padre nuestro, como la manera de comunicarse orando con Dios.
“El ser humano, hermanas y hermanos, por naturaleza es alguien que está en camino, es alguien que se mueve y que solamente caminando se entiende, y se sostiene. Somos peregrinos, y nuestra casa definitiva es estar con Dios”.