Depresión circular
Columna Invitada
Las mujeres gozamos de una ventaja enorme sobre los caballeros en lo que a combatir la depresión se refiere. La paradoja aquí es cómo esa tristeza circular se vuelve la serpiente comiéndose a sí misma.
Salir de compras será siempre el número uno en la lista. No hay mejor remedio para una tristeza profunda que sentir cuánto es posible transformarnos para dejar en la otra, la mujer del pasado, la depresión y llevar ahora la esperanza en la frente. Esto sucederá siempre y cuando tengamos suficientes recursos, en efectivo o electrónico.
Descubrirnos carentes de recursos provoca una importante depresión porque, además del detonante inicial, ahora deberá agregarse el estigma de la pobreza. Se hace entonces necesario recurrir a una segunda opción remedial.
Charlas con las amigas viene a colocarse en un segundo y muy relevante lugar. Coincidir en una cita relajante y relajada, sea en un lugar público –vetado en caso de extrema pobreza– o en casa, promete abrir la puerta a la esperanza. Esto sucederá siempre y cuando las amigas tengan tiempo suficiente entre su trabajo, su familia y sus estudios, considerando que, hoy en día, casi todas hacemos todo eso.
Encontrarnos como la única persona con tiempo libre, quiere decir: a) no tenemos empleo –claro, por eso estamos pobres– b) estamos solteras y sin hijos, c) no estudiamos nada, d) todas las cosas anteriores juntas. La depresión que esto dispara requerirá ayuda profesional.
Iniciar una actividad deportiva ocupa el tercer lugar. Está en tal sitio porque exige bastante fuerza de voluntad y cierta autoestima: Una arrastra su tristeza por la pista en tanto otras chicas perfectas zumban a nuestro lado con ligereza de gacela. Ellas, además, están vestidas con ropa especial para no sufrir calor ni frío, para sentirse cómodas, soportar bien la columna y sus pies; usan protectores solares de muchos y FPS, incluso algunas trotan con cierto maquillaje que se aferra a sus rostros delgados sin una gota de sudor. Bueno, como pueden ver, todo esto generará otra depresión irresoluta de la cual no saldremos ni yéndonos de compras.