Ramón Márquez Carbajal
Dos horas después se disputa el tercer punto. Una ovación saluda la presencia de Rafael, a quien acompaña Palafox. En cambio, nadie disimula su decepción cuando aparecen Mukerjea y Prenmjit Lall. ¿Y Krishnan? Habrá que suponer que está tan cansado como Rafael. Pero la fatiga no doblega el espíritu combativo del mexicano aunque, es cierto, es el único punto débil de una pareja que hace tres meses conquistó el título de Forest Hills. Los hindús pierden cinco set points –tres de ellos en 40-0 sobre Palafox- y los mexicanos ganan 10-8 el primer set. Peor es el segundo: dejan escapar siete set points y el punto se va hasta 22 juegos -Osuna y Palafox ganan 12-10. Pero ya Rafael renguea ligeramente de la pierna izquierda. En el tercer set su cansancio es evidente, pero en el cuarto punto pierde Lall su servicio y el dueto mexicano lanza el ataque final. Osuna sufre fuertes calambres cuando sirve el match point: un saque as. Set -6-4- partido -3-0- y serie -3-0-. México asegura el pase a la final. Primer país latinoamericano que logra hazaña tal. Esa es la buena nueva. La mala es que será contra Australia. Y en su casa.
Con la serie definida, acuerdan los capitanes cambio de singlistas. Llamas se impone en tres sets a Lall, y Pancho emplea cinco para vencer a Akhtar Ali
pero, atención: resbala, trata de no caer, apoya la mano derecha en la superficie y la caca sagrada la envuelve como un guante. De inmediato le es aplicada una inyección anti-tétano… Horas después, mientras Pancho anuncia que descansarán tres días en Nueva Delhi y cuatro en Hong Kong
–escala en su viaje a Brisbane-, el presidente Adolfo López Mateos envía al equipo un telegrama de felicitación. De algo más escribe Elena Osuna:
Recuerdo perfectamente –me dice la rigurosa voz del poeta Octavio Paz-, era 1962 y yo me encontraba de embajador en la India cuando conocí a ese grupo de muchachos que iba a representar a México en el certamen tenístico de Copa Davis. Les conseguí un club donde entrenar y después un avión para trasladarse a Madrás. Yo me fui ellos, cosa rara en un embajador. Aquel grupo de muchachos llegaría a un ambiente totalmente ajeno a ellos, donde casi nadie hablaba el inglés… La serie fue apasionante y la actuación de su hermano Rafael me emocionó. Un atleta es una mezcla de músculos, inteligencia e instinto. Rafael lo tenía todo. Era un prodigioso, poseía eso como de felino.