Ooootra vez, Querétaro atrajo miradas y críticas desde varios puntos del país, por las grotescas imágenes de violencia ejercida contra personas que evidenciaban su indignación afuera de la Comisión Estatal del Agua, ante la pretensión gubernamental de concesionarla o regular a quienes ya la venden, en lugar de quitarles el intermediarismo. Al enojo de ver policías “taclear”, tumbar, rodar sobre ellos, golpear y subir como reses a sus patrullas a algunos de los manifestantes, se sumó el de la advertencia generalizada de que así como en éste caso y en todos los que se cierre una vialidad se aplicará “todo el peso de la ley”.
Okeyyy, okeyyy, vamos a ver. Las atribuciones de poder que acumula una entidad federativa se dividen en Ejecutivo, Legislativo y Judicial. El Ejecutivo es administrador y ejecutor de la voluntad popular y concibe y ejecuta leyes y políticas. El Legislativo aprueba o deroga leyes y el Judicial las interpreta y hace valer o respetar mediante la administración de justicia que castiga a quienes la transgreden. JUSTICIA es la palabra clave que sí está o debe estar por encima de la ley. Porque la justicia es el fin y la ley una herramienta para lograrlo. Así pues, el administrador de justicia es el poder Judicial porque tiene un aparato para evaluar “el peso” de la transgresión de la ley, así que espantar con el petate del muerto de “aplicar todo el peso de la ley” podría considerarse un exceso verbal viniendo de la casa de enfrente.
La ley con todo y su peso y como herramienta de justicia, debió aplicarse a los impertérritos policías ajenos a la “masacre virtual” en el estadio Corregidora el 5 de marzo; es la que debe prevalecer para evitar concesionar el agua, que es venderla a revendedores o comerciantes que la embotellan, con color o sin él, o la distribuyen en pipas a donde estratégicamente no llega, o simplemente la cobran por abrir las válvulas de paso. Justicia es que los asentamientos humanos tengan espacios de oxigenación del aire que respiran y que a la vez evitan hacer de la ciudad una plasta de cemento y la ley se debe aplicar contra los que incendian, desmontan, invaden o comercializan áreas reservadas para ello, igual que para quienes construyen en terreno inapropiado poniendo en riesgo la vida de cientos y miles de personas; justicia sería que los gobiernos municipales dejen de gastar dinero en calles céntricas y en su jardín principal, cambiando plantas, subiendo jardineras o convirtiendo calles en andadores a tontas y locas y arreglaran a conciencia y no con parches de lodo, miles de kilómetros de calles de colonias, fraccionamientos y barrios, que siguen a flor de tierra o intransitables por baches o insoportables por drenajes pestilentes desbordándose por coladeras; justicia es la que siguen pidiendo quienes fueron empleados de gobiernos en Querétaro, despedidos para recontratarlos por outsourcing o por contratos temporales, justicia sería que presidentes municipales dejasen de gastar el erario público en contratación millonaria de cantantes, bailarinas de poca monta y menos ropa o en carreras de perros, habiendo tantísima gente que apenas si vive, apenas si come o gente que bajo sol, lluvia y estrellas espera a sus enfermos afuera del IMSS, y así hasta acabarse tinta y reservas de papel hay infinidad de temas que reclaman justicia, aún considerando que la justicia es subjetiva porque también depende de las costumbres y valores de la comunidad. Volviendo al tema de aplicar el peso de la ley a quien cierre vialidades, quienes lo dicen sabrán que las calles se cierran para hacer procesiones religiosas, desfiles cívicos conmemorativos, de cultura y tradiciones como danzas de concheros; para celebrar a algún “santito”, que sobre todo en barrios cierran la calle cercana a los templos, o en la que está la casa de la “velación” como le llaman, o para velar difuntos porque no todos completan para la funeraria o para instalar tianguis porque no hay espacios adecuados para este tipo de comercio popular, o las que se usan para maratonear y para que los niños anden en bicicleta o en triciclo y para que a pesar de la imprudencia vial, sientan que la calle es suya, o para instalar ferias o kermeses, o las que cierran con anuencia de los vecinos para poner el brincolín, los inflables y el asador de carne quienes no pueden pagar un salón de fiestas, en fin, nuestra ciudad todavía es de gente amolada que usa la calle para echar una cascarita, o el ensayo de los quince años a quienes el peso de la realidad no sólo les cayó sino que les oprime y faltaba más que ahora les caiga el de la ley. Nuestra ciudad y entidad es de gente indignada porque los abusos de poder le andan llenando el buche de piedritas y son un agujero en la cartera, lo menos mal que pueden hacer es reunirse con otros y salir a ese espacio público que es de todos para hacerse notar y en ninguna ley dice que quienes así lo hagan deben ser químicamente puros, nacidos en Querétaro, no tener preferencia por un partido político, no dejarse acompañar por alguien que sí lo tenga, etc, etc. Muchas leyes y poca justicia. Al tiempo.