De regreso al “planeta tierra”, como calificó su llegada a la cima del Everest, Pablo César Jiménez López se dice muy agradecido con Dios por regresar bien, sano, en una sola pieza, pero en shock al ir aterrizando poco a poco a ras de tierras, en donde se tocan los mundanos tacos, las experiencias vividas, los aprendizajes y la idea de servir a los demás.
En entrevista para PLAZA DE ARMAS, el primer queretano en conquistar el Monte Everest compartió que su cuerpo está cansado y tiene como próximo reto ser una mejor persona.
Plaza de Armas
¿Qué significado tiene regresar, cómo te sientes después de bajar 8848 metros a tierras queretanas?
Pablo César Jiménez
“Estoy muy agradecido con Dios, agradecido con la vida por haber regresado completo, sano, en una pieza; tengo amigos que perdieron dedos, amigos que perdieron la vida”.
PDA. Se dice que hay que estar un poco loco parar ir por el Everest y se dice además que al volver regresan un poquito más…
“Eso dicen…que quien sube a tanta altura queda un poco loquito, yo no sé si sí quedé o ya estaba”, externa el alpinista mientras ríe con franqueza.
Pablo César reconoce que al regresar estaba en shock, aunque su cuerpo llegó primero, su mente y su espíritu lo alcanzaron después, ya está completo.
“Cuando bajo estaba en shock física, mental y emocionalmente y pasaban los días y poco a poco empezaba a aterrizar, aún abajo yo dormía y pedía cuerda, gritaba row,row”, comparte el joven abogado, quien aún resiente las huellas del cansancio tras llegar a la cima el 12 de mayo.
PDA ¿Nunca dijiste en tu ascenso qué estoy haciendo aquí? ¿Qué fue lo más duro?
PCJ “Cuando estuve en el glaciar del Cumbus viví un momento complicado. Al subir a las siete de la mañana cuando el sol empezó a pegar en las paredes del hielo y a reflejar la luz, eso se convirtió en un desierto con un calor impresionante, era como estar en el infierno. Ahí sí dije qué hago aquí, empecé a alucinar, empezamos a armar la casa de campaña, el agua hervida estaba caliente. Me dormí casi sin ropa y al despertar ya estaba yo de regreso, recuperé la conciencia y el objetivo”.
La montaña no es para todos
Pablo César Jiménez Pérez vivió 38 días a más de 5500 metros sobre el nivel del mar, un reto al que no todos se acostumbran, ya que además de la adaptación física hay un vínculo que se forma con la montaña, una relación espiritual.
“Tuve un compañero que corrió siete maratones en siete días, un australiano que viajaba en su jet a regiones distintas, un portento físico, pero no llegó a la cima…Yo no corro más de 12 kilómetros. Creo que además de la preparación física, hay que tener conexión espiritual con la montaña y un corazón a prueba de la altura”.
Los 66 días que vivió en un velero para recorrer el Atlántico le sirvieron como preparación para salir de la zona de confort y acostumbrar su cuerpo al sufrimiento para sacar esa fuerza interna.
PDA ¿Qué se come, qué se bebe y cómo se desecha allá arriba? Una pregunta que pocas veces le hacen, hablar de la comida y su digestión.
PCJ “En campo base hay una letrina, a partir de ahí es de aguilita, estás al aire libre y vas saludando a los que pasan. Debes cuidar mucho lo que comes, la comida allá arriba cae pesada. Al comer, la sangre se va al estómago y falta la oxigenación, por lo que no debes comer de más, la clave es la hidratación, yo tomaba como cuatro litros diarios “.
Los callos ya cerraron, los ligamentos se van recuperando, aunque al jalar el aire, éste aún no llena los pulmones, sobreviene la tos, pero es algo que debe desaparecer con los días.
La sencillez de Pablo César se nota en su manera de hablar, en su forma de vestir, luce una playera verde de algodón con el Everest impreso en el pecho, sencillez que lleva a los mundanos antojos, razón por la que lo primero que hizo al llegar a Querétaro fue despacharse unos tacos, algo lights, para evitar el impacto inicial de la grasa, pero tacos al fin.
PDA ¿Qué te dijo tu familia al recibirte?
“Me recibieron muy bien. Estaban felices en el aeropuerto. Estoy muy agradecidos con ellos, nunca me demostraron a mí el miedo que ahora me dice todo el mundo que tenían”.
PDA Mencionas la palabra miedo. ¿Se siente miedo allá arriba?
PCJ “Ya para llegar a la cima y ves a los muertos en el camino sí llegas a verlo como una señal clara del riesgo. Piensas qué estás haciendo aquí, te pasan cosas por la cabeza, pero sacas fuerza y sigues adelante”, recordó Pablo César quien justamente compartió un video con el contraste de la vida y la muerte.
Aprendes a conocerte más
Al final la trascendencia de Pablo César y el aprendizaje del alpinista es que ahora se conoce mejor y su mayor reto será ahora ver a los demás, en ser mejor persona, en buscar una plenitud humana.
“Tenemos que ver al resto de los humanos con el amor de Dios, con el amor que tiene un padre por un hijo, con ese amor que es el más puro”.
Pablo César Jiménez Pérez a sus 28 compartió que antes de llegar a la cima tocó la sima, tuvo una vida superficial con excesos y en 2015 eligió cambiar su vida.
“Un día decidí cambiar mi vida, hacer un cambio y empecé a tomar conciencia. Ahora cuido mi cuerpo, que es mi templo”.
A los niños y jóvenes les mandó el mensaje de que cumplan sus propósitos, que tengan sus metas y luchen por ellas.
“Que escojan bien sus amistades, que cumplan sus metas y que vean lo positivo de la vida, que se quejen menos y que vivan más lo bueno de la vida”.
PDA. ¿No has pensado en un nuevo reto o no quieres espantar a tus papás?
“Las dos cosas. Me gustaría comprometerme por la gente y ver por los demás. Se piensa en la política, ya me buscaron algunos partidos. He pensado en servir a mi país desde el Ejército, entrar a la Notaría con mi papá, tengo varios caminos, pero lo que es seguro es ser una mejor persona. Buscar el amor entendido como una búsqueda incondicional del bienestar de los demás sin sacrificar el tuyo “.
PDA ¿Y una pareja?
“Por el momento no hay pareja”
Ese sí va a ser un reto.