Camiones refresqueros, cerveceros y de golosinas complican diariamente el de por sí difícil tránsito citadino en el Centro Histórico al dejar un solo carril de circulación en las angostas calles de Querétaro, pensadas para diligencias y carretas tiradas por caballos percherones. Los automovilistas sufren. Esto a unas cuantas cuadras de Palacio de Gobierno. Y nadie hace naaada.