Claudia mató a sus tres hijos en su casa de Querétaro y fue liberada en 2019 al cumplir 30 años de internamiento siquiátrico
Hoy domingo se cumplen 33 años de la peor tragedia familiar ocurrida en Querétaro, cuando Claudia Mijangos Arzac, una joven madre de 30 años, mató a sus tres hijos: Claudia María, de 11 años, Ana Belén de 9, Alfredo Antonio de 6, todos con los apellidos Castaños Mijangos. Los hechos ocurrieron la madrugada del 24 de abril de 1989, en la casa de Hacienda Vegil 408, de Jardines de la Hacienda y fueron comunicados a la policía por una amiga a la que había llamado a altas horas de la noche.
Esa mañana fue trasladada a un aislado de la Clínica del Seguro Social, en donde fue interrogada por la entonces directora de Control de Procesos de la Procuraduría de Justicia del Estado, Magdalena Ramírez González y la agente del Ministerio Público, Sara Feregrino Feregrino.
La filicida no recordaba nada.
“Mis hijos están bien, tú de que te preocupas” habría respondido al preguntarle por ellos. Sin embargo, contó que la noche de los hechos escuchó voces, que le decían que Mazatlán (su ciudad natal) había desaparecido y que todo Querétaro era espíritu.
Después, ante el juez Arturo González de Cosío, hoy magistrado en retiro, afirmó no recordar nada, pues para ella su memoria se quedó en que los niños se fueron a acostar por la noche, cada quien en su cama y amanecieron todos juntos en la recámara principal. “Cuando los vi que estaban en mi cama ya era en la mañana, recuerdo que tocaron la puerta, que abrí, pero me volví a quedar dormida. Yo sentía como si se fuera a acabar el mundo”.
Más allá de los problemas de Claudia con su esposo Alfredo Castaños Gutiérrez, del que estaba separada, y del supuesto enamoramiento con un sacerdote, el doctor Alejandro Obregón Álvarez (+) determinó en su peritaje la lesión cerebral de la acusada como posible origen del triple filicidio. La psicopatía detectada fue calificada entonces de incurable.
Mijangos, maestra de catecismo del Fray Luis de León y comerciante del Pasaje de la Llata, no era dueña de sus actos, como lo determinó meses después el juez González de Cosío al declararla inimputable y ordenar un internamiento de 30 años, equivalentes a la pena máxima de entonces o menos si la ciencia médica encontraba una cura para su problema.
Se dio el primer supuesto y Claudia fue liberada y entregada a sus familiares hace tres años, a las puertas del anexo psiquiátrico ubicado en El Centro Femenil de Readaptación Social de Tepepan, en la Ciudad de México.
Recapitulando: La madrugada del 24 de abril de 1989, Claudia Mijangos mató a cuchilladas a sus tres hijos: Cuatro días después, el 28 de abril de 1989, a las 13:00 horas, se ejercitó acción penal en contra de Claudia Mijangos Arzac, al quedar plenamente acreditada su responsabilidad en el homicidio calificado de sus tres hijos.
Las pruebas químicas realizadas por peritos de la Procuraduría de Justicia del Estado confirmaron que ella había sido la autora del triple homicidio, como quedó acreditado en el proceso 224/89, del que han derivado certezas y numerosas historias y leyendas de horror.
Con base en esos y otros estudios, el juez la declaró inimputable y ordenó su internamiento por 30 años en una institución especializada. No habiéndola en Querétaro, a partir del 23 de enero de 1992 fue trasladada del Cereso de San José el Alto al área siquiátrica del penal femenil de Tepepan en la Ciudad de México, a petición de los abogados defensores Julio Esponda y Miguel Alcocer.
De allá para acá se han inventado mil historias sobre el Caso Mijangos. Incluidas las contadas en programas de televisión de fantasmas o en una serie de Discovery Channel en la que un veterano colega dijo que la casa de Claudia es un atractivo turístico, como Los Arcos.
Libros deleznables se escribieron también. En uno se desparramó la leyenda de que Claudia ya había salido de la cárcel, se había casado y matado a su nuevo marido en Irapuato. Falso de toda falsedad.
En Monterrey, Nuevo León, se estrenó una obra de teatro sobre el caso y hasta hay un sitio de Facebook a su nombre, con cientos de seguidores, en el que se debate sobre los hechos y su persona. De locura.
En 2019, a punto de ser liberada la triple filicida, el ex presidente del Tribunal Superior de Justicia de Querétaro, Carlos Septién Olivares nos declaró: “Claudia no ha sido curada y las heridas causadas por el Caso Mijangos en el ámbito social de Querétaro, tampoco han sanado”.
Hoy Claudia permanece bajo custodia de su familia, ignorándose si en la capital del país o en Sinaloa y la casa de Hacienda Vegil 408, en donde ocurrieron los hechos permanece abandonada. Hace tiempo el Municipio tapió las puertas para frenar el acceso de vagos y la realización de ritos en su interior, para cerrar el peor drama familiar ocurrido en Querétaro.