- Pelean el futuro del país (es decir la Presidencia)
- Calzada nombrado por Alito apoya a De la Madrid
- Exhibirán a los diputados “traidores” o “traedores”
- Juan José Jiménez no se entiende ni con Sinecio
El futuro.
Se ha dedicado más de la mitad de su sexenio a hablarnos del pasado, del periodo neoliberal, del régimen corrupto y de la mafia del poder, pero ahora -a dos años cinco meses- de irse a la ch… su rancho, claro, el presidente Andrés Manuel López Obrador nos predice dueños de nuestros recursos naturales cuando realmente él y todos los partidos parecen estar pensando en el 2024, tema de nuestra columna de hoy.
Sí, ya sabemos que, como nos lo advirtió Ramón López Velarde en su “Suave patria”, El Niño Dios nos escrituró un establo y los veneros de petróleo el diablo, pero el poeta zacatecano no nos habló del litio porque murió hace un siglo, en 1921.
No importa. El jefe de la República, con la ayuda de los diputados de Morena, PT, PVEM y MC, ya nacionalizó el llamado oro blanco, que nunca dejó de ser nuestro, pero ahora lo es más gracias a su visión.
Resuelto el tema y olvidado el fracaso de la reforma eléctrica, iremos a lo siguiente: la desaparición o reconversión de los órganos autónomos, especialmente el Instituto Nacional Electoral que organizó y legitimó, entre otros comicios, los presidenciales de 2018, y de una vez darle sepultura a los institutos estatales, como lo pensó en voz alta el delegado estatal de Morena, en funciones de presidente.
¿Que no va a pasar? Quién sabe. No estemos tan seguros de que la oposición repita la mayoría calificada vista el domingo en la cámara de los diputados, porque casi todos los partidos tienen multas y agravios para recordar y van a querer consejeros imparciales, o sea suyos y repartírselos, como cuando le dieron mate al anterior IFE, aunque las cosas ya no sean como antes.
Y es que el 2024 ya no está tan lejos y lo del circo en San Lázaro anticipa una lucha mayor entre los de la 4-T y los hasta la semana pasada llamados conservadores y hoy rebautizados como “traidores”.
Sí, ya sé que, según todas las encuestas, Andrés Manuel López Obrador tiene una aprobación mayoritaria y que hay la creencia generalizada de que podría dejar como sucesora o sucesor a quien su dedito señale, sobre todo porque la oposición no parece tener, por ahora, una figura suficientemente fuerte para competir.
Nombres, nombres.
Por Morena vemos, en ese orden, a la jefa de gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum; al secretario de Gobernación Adán Augusto López; al canciller Marcelo Ebrard y al líder de mayoría en el Senado, Ricardo Monreal.
Del otro lado no hay una figura predominante.
El PAN, la segunda fuerza, ha candidateado al poco conocido gobernador yucateco Mauricio Vilas, al ex secretario de Gobernación Santiago Creel Miranda y como de guasa a la senadora Lily Téllez, pero su principal carta, con todo y sus negativos, sigue siendo el queretano Ricardo Anaya Cortés, el más conocido y atacado, que no acaba de salir del atolladero judicial.
Pero Acción Nacional no irá solo sino en alianza con el PRI, PRD, Movimiento Ciudadano y, probablemente, el Partido Verde Ecologista que se vende muy bien.
¿Quiénes más en esa presunta alianza?
Anótele bien.
Por el PRI: Alejandro Moreno “Alito”, presidente del comité nacional y Enrique De la Madrid Cordero, ex secretario de Turismo.
Por Movimiento Ciudadano la quieren los gobernadores de Jalisco, Enrique Alfaro y de Nuevo León, Samuel García, pero el único competitivo es el hijo del mártir del 94, Luis Donaldo Colosio, presidente municipal de Monterrey.
Y párele de contar.
No estará en la pelea nadie del 2018, a menos que regrese Anaya de Estados Unidos o de donde se encuentre. Y tampoco Jaime Rodríguez Calderón, “El Bronco”, que está en la cárcel de Apodaca por delitos electorales.
Tampoco estará en la boleta, por impedimento constitucional, el actual mandatario aunque sus fans más delirantes lo reclamen y no falte quien proponga a alguien de la familia real, digo presidencial.
Eso, el 24, es lo que está realmente en juego.
Así de fácil.
Así de difícil.
-OÍDO EN EL 1810-
A ver, a ver.
El dirigente priista y aspirante presidencial Alejandro Moreno “Alito” designó a José Calzada Rovirosa como representante de su partido ante el Instituto Nacional Electoral, pero el ex gobernador queretano promueve las presentaciones del también precandidato Enrique de la Madrid Hurtado.
Somos nada.
-¡PREEEPAREN!-
Lo que viene.
Que los de Morena van a exhibir públicamente, en cada estado, sobre todo en los que hay elecciones este año, los nombres y los rostros de los diputados federales que votaron el domingo en contra de la reforma eléctrica y a los que, sin vueltas, han calificado como traidores a la patria.
Y, bueno, cualquiera que lea periódicos, oiga la radio, vea la tele o las redes sociales, sabe quiénes son.
Por parte de Querétaro todos los del PAN, que -según dijo- el ex gobernador Ignacio Loyola Vera, son “traedores” porque traen inversiones y progreso para el estado.
¡Órale!
-¡AAAPUNTEN!-
Verde.
Que la única que se salvó es la diputada del Verde, avecindada de Querétaro y presidenta del Comité Olímpico Nacional, Mary Jose Alcalá, que supuestamente está domiciliada en la casa del priista Chicovel.
¡Ah, raza!
-¡FUEGO!-
Sin remedio.
Que el diputado moreno Juan José Jiménez se queja de no tener diálogo con el líder de la mayoría en el Congreso, Guillermo Vega Guerrero, lo que no deben sorprender si terminó rompiendo con su partido anterior (el PRI), traicionó a su padrino Gilberto Herrera Ruiz y no se entiende ni con el coordinador de su bancada, Armando Sinecio Leyva.
¡Porca miseria!