A las 11:08 de la mañana del 11 de abril, cinco días después de la muerte de la niña Victoria Guadalupe se vinculó a proceso a Salvador N, presunto autor material del feminicidio contra la niña.
Tan solo dos horas después, y luego de escuchar las pruebas periciales y genéticas, la jueza Maribel López Gutiérrez determinó la prisión preventiva para el hombre de 26 años.
Vestido con playera roja y con el rostro cubierto con un cubrebocas negro, el hombre de origen mazateco aceptó que hablaba y comprendía el idioma español, por lo que no necesitaba un intérprete, algo que se le ofreció de inicio en la Sala Oral número 5.
“Entiende el idioma español, no requiere ningún intérprete”, le cuestiono la jueza López Gutiérrez, a lo que Salvador N contestó que “Sí” al micrófono que le acercaban su defensores de oficio.
Ante menos de 20 personas, contando a los dos elementos de la Fiscalía, los dos defensores del imputado, Salvador N, la secretaria de acuerdos, cinco testigos y tres elementos de seguridad procesal se fueron detallando las acusaciones y el proceso de investigación de la parte acusadora.
Tras informarle que estaba detenido por una orden de aprehensión y escuchar que tenía derecho a declarar o guardar silencio, el imputado aceptó como defensa a los licenciados Gabriel Omar Lucas y Ricardo Karim Cortés Escobar, confirmó de nueva cuenta que entendía lo que se indicaba, como para que no quedara ninguna duda y se reservó su derecho a declarar.
Incluso se comentó en la audiencia que el imputado había ya sostenido una entrevista previa con su defensa, por lo que Salvador N ya sabía a lo que iba.
Lucía Minor Solís, responsable de la Fiscalía Especializada en la Investigación y Persecución del Delito de Feminicidio fue la encargada de dar lectura y detallar la carpeta de investigación.
“Es una investigación en su contra por feminicidio, por actuar de manera dolosa, instantánea y es señalado como autor material directo por los hechos ocurridos el 6 de abril”, comenzó explicando Minor Solís.
Uno a uno se fueron relatando los hechos desde el 6 de abril, desde el momento en que la niña fue enviada alrededor de las 16:30 a la papelería ubicada en el mismo condominio, la cual estaba cerrada, hasta que fue llevada al departamento 302, en donde habitaba Salvador N en compañía de un “roomie” o compañero de departamento llamado Fernando, a quien también se investigó, pero no se encontraron pruebas en su contra.
Se hizo un recuento del 8 de abril, cuando en el exterior del edificio A del departamento 102 del fraccionamiento Los Moros se encontró, en un lugar público, el cuerpo de la pequeña dentro de una bolsa de plástico amarrada con cinta adhesiva y un cable negro de USB, de cómo fue descubierto por un amigo que visitaba a unos de los habitantes del edificio.
Se leyó cómo los dos hermanos mayores y el padre de Victoria Guadalupe explicaron que cuando su hermanita salió a la papelería vestía una blusa rosa con puntos blancos y una sandalias de plástico marca Star del número 21, prueba que sería vinculante al encontrar, entre otras cosas, una sandalia con las mismas características en el departamento del imputado, Salvador N.
La fiscalía compartió que el 8 de abril a las 12:02 un elemento de seguridad pública acudió a percatarse que había el cuerpo de una niña en el lugar, mismo que custodió hasta las 12:45 cuando arribo el perito Christian Guillén para recabar diversas pruebas.
Los padres reconocieron a la niña y entre los documentos que entregaron, presentaron un acta de nacimiento en la que se inscribe que la niña Victoria Guadalupe nació el 30 de agosto del 2015.
En la necropsia del cuerpo se detallaron distintas escoriaciones, abrasiones y equimosis en manos, antebrazos, nariz, cuello; diversas agresiones sexuales en vulva, vagina y zona anal, con presencia de líquido hemático y residuos biológicos, todo esto lo sufrió para después perder la vida por asfixia tras ser estrangulada.
Al ir enumerando las agresiones, algunos testigos buscaban cómo acomodarse mejor en su silla o se llevaban la mano a la frente, pero Salvador N, no se movía, permanecía sentado, inmóvil sin la menor reacción.
Se confirmó que fueron cateados, de acuerdo a una orden del juez de control, varios departamentos del condominio, los cuales tienen nueve edificios que van de la letra A a la I, con 12 departamentos en cada edificio, uno de ellos, el A 302 en donde Salvador N tenía su vivienda.
Dentro del departamento de Salvador N se hallaron, de acuerdo a los informes periciales, una bolsa negra plástica de basura, una sandalia marca Star talla 21, tres cepillos dentales, filamentos pilosos, dos latas de cerveza, una colilla de cigarro, una lata de refresco, una botella de plástico, un bote de vaselina, una cobija, y una toalla, así como un acta de nacimiento, una credencial del INE y una CURP.
Ese 9 de abril se integraron a la carpeta 214 fotografías como posibles evidencias y se empezó a trazar una línea de investigación hacia el señor Salvador N, a quien se le tomaron muestras genéticas de saliva, así como a su “roomie” Fernando N, quien trabaja como chofer de una carnicería y cuyo jefe declaró que se encontraba trabajando desde las 8 hasta las 18 horas el día en que sucedieron los hechos criminales.
Al interrogar a Fernando N comentó que acababa de llegar como “roomie” al departamento que habitaba Salvador N y que el 6 de abril llegó a las 19:00 horas, vio como Salvador tenía una bolsa negra de basura en la mano y el departamento olía como si lo hubieran limpiado, algo que le llamó la atención, comentó en su relación de hechos la encargada de la fiscalía.
Fernando N declaró que Salvador N dejó fuera de su cuarto una bolsa negra, que trabajaba normalmente de las 6 a las 14 horas y que en la madrugada se escuchaba como que movían bolsas, pero no le dio importancia y siguió durmiendo.
Ya en la mañana notó que el departamento olía “como a podrido” por lo que puso aromatizante; en el baño encontró cabellos largos de color claro, algo que le llamó la atención.
El 9 de abril Fernando N, como testigo, reconoció la bolsa negra, como la que vio afuera de la habitación de Salvador N.
En el estudio de genética forense se tomaron muestras del cuerpo de la víctima, para realizar un perfil genético y compararlo con las muestras tomadas a Salvador N, las cuales resultaron vinculantes, mismas que en ningún caso se relacionaron con Fernando N, reveló la fiscal.
Tras la presentación, la jueza tomó la palabra y aclaró que el caso cumplía con todas las características de un feminicidio.
“Se le quita la vida a una mujer, existe violencia sexual, el cuerpo fue expuesto públicamente y además es una niña”, frase taladrante para los presentes a la audiencia.
La defensa intentó evitar la vinculación del imputado al argumentar que no había una denuncia contra el acusado, pero la jueza fue clara al señalar que había una denuncia por desaparición y que las pruebas apuntaban y vinculaban a Salvador N.
“Vemos una asesoría jurídica idónea, pertinente y suficiente para vincular al imputado, lo puedo hacer ahora, en 72 o en 140 horas, puede consultarlo si quiere con sus abogados”, preguntó la jueza.
Los jóvenes licenciados se acercaron al hombre de la playera roja, quien tras unos escasos segundos tomó una decisión y pronunció sus últimas palabras en la audiencia.
“Que sea en este momento”, dijo con voz ronca Salvador N.
Se tuvo la denuncia requerida, se realizó la búsqueda y el hallazgo, se cumple así con la denuncia, se verificó que entendía de qué se le acusaba y optó por guardar silencio. La investigación lo señala, los indicios lo vinculan y la genética lo confirma, hay residuos biológicos suyos en el cuerpo de su víctima, están las palabras de su compañero de departamento.
A las 13:02 Salvador N fue vinculado a proceso y a prisión preventiva por los hechos imputados; tras dos horas de comparecencia vendrán tres meses para integrar más pruebas, determinar la reparación del daño para las víctimas y en máximo dos años deberá tener sentencia.
Mientras esto sucede, desde ayer Salvador N fue ingresado al área varonil del Cereso.
A las 13:07 sonó el mazo judicial cerrando así la audiencia de una historia que duele a Querétaro y al país.