Los triquis madrugaron con su protesta por la quema de un puesto en la Cruz y les ganaron la plaza a los antorchistas que tienen semanas con su manifestación exigiendo agua potable para comunidades rurales de Cadereyta. La disputa por el frente de Palacio de Gobierno estuvo a punto de la violencia, pero solo quedó en insultos, afortunadamente. Se juntó la sed con las ganas de vender. ¿Y los negociadores?