- Tomás Ángeles, un militar de buena estirpe
- Afianza Kuri la permanencia de Gallos aquí
- Reeligen a Octavio García en el Campestre
- Antonio Zapata presidirá la 60 Legislatura
Heredero.
Vestía siempre de civil en los diálogos de San Andrés Larráinzar. No iba portar su uniforme militar para sentarse con los que se hacían llamar miembros de otro ejército mexicano, “porque sólo hay uno” y no le reconocía tal rango al Zapatista de Liberación Nacional. Eran los años 90 y el general Tomás Ángeles Dauahare formaba parte de la comisión gubernamental encabezada entonces por el director del CAPFCE, Marco Antonio Bernal y de quien este columnista era asesor de prensa.
El militar, modesto como todos los grandes, representaba a su jefe el secretario Cervantes, pero ya había desempeñado otros cargos importantes, incluido el de agregado en la embajada de México en los Estados Unidos, aunque más tarde sería director del Heroico Colegio militar y del Instituto de Seguridad Social de las Fuerzas Armadas, además de subsecretario de la Defensa Nacional.
Lo recordé el lunes al verlo orgulloso y digno en la inauguración del Aeropuerto Internacional que lleva el nombre de su abuelo paterno, el héroe revolucionario Felipe Ángeles, comandante de la artillería villista.
Convivimos con Tomás durante un año en Chiapas.
Viajábamos juntos en un avión de la Fuerza Aérea Mexicana desde la Ciudad de México a Tuxtla Gutiérrez y de ahí en helicóptero a San Cristóbal de las Casas, de donde nos movíamos en camionetas a los encuentros con el EZLN, moderados por el obispo Samuel Ruiz y un grupo de legisladores entre los que se encontraban Heberto Castillo, Luis Felipe Bravo Mena y otros personajes.
Nunca hizo uso de la palabra, pero influía decididamente en las posiciones gubernamentales expuestas exclusivamente por Marco Antonio Bernal, quien no dejaba de desesperarse ante el reiterado discurso del “tiempo indígena” (el subcomandante Marcos, hoy Galeano) usaba dos relojes. Al cabo, argumentaba, habían esperado 500 años.
Los comandantes Tacho, David y los demás interrumpían las sesiones “para consultas” y se encerraban durante horas en un salón de la escuela de Larráinzar, sede del diálogo, en donde pernoctaban.
Desconfiaban de todo. Incluso del agua embotellada que se colocaba en cada uno de los lugares de la mesa, Llevaban sus garrafones.
Afuera, cientos de periodistas nacionales y corresponsales de medios extranjeros esperaban las noticias, que se daban a cuentagotas, sin mayores avances.
Por la noche, custodiados por vehículos militares, regresábamos al hotel de San Cristóbal, en donde hacíamos el recuento del día con el jefe de la delegación y los asesores.
Mientras tanto los servicios de inteligencia -que entonces sí funcionaban- sabían que Rafael Sebastián Guillén Vicente, el llamado subcomandante Marcos, al que tengo para mi nunca han querido detener, cenaba ahí mismo, en la antigua Ciudad Real, en la casa de su amigo el ex rector de la UNAM Pablo González Casanova.
Acá, el general Ángeles era apoyado por su asistente, un teniente coronel de nombre Pedro Felipe Gurrola Ramírez, con quien me reencontré gratamente como general de división y comandante de la XII Zona Regional, con sede en Irapuato, en los años del acoso a este periódico, pero esa es otra historia.
Tomas Ángeles, persecutor de los narcotraficantes y sus cómplices fue acusado y encarcelado en 2012 por supuestos vínculos con el crimen organizado, cuando había participado en la detención y procesamiento del general Jesús Gutiérrez Rebollo, zar antidrogas y en el consejo de guerra contra el general Mario Arturo Acosta Chaparro.
Hombre de una pieza, había estado en la terna de candidatos a secretario de la Defensa que el Ejercito le presentó en 2006 al presidente Felipe Calderón, a quien informó oportunamente de los nexos del secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna con el narcotráfico. Todo eso le cobraron al general Ángeles, pero en 2013 -después de un año de prisión- fue liberado y reivindicado con honores.
El lunes estuvo en el AIFA, el aeropuerto que lleva el nombre de su abuelo Felipe Ángeles. De esa estirpe es el general que tuvimos el honor de conocer, tratar y compartir el diálogo de San Andrés Larráinzar.
Hace casi 30 años.
-BLANCAS Y NEGRAS-
Reelecto.
Los socios del Campestre de Querétaro ratificaron su confianza en Octavio García Alcocer para que siga al frente de la presidencia o gerencia. “El Payo” como es mejor conocido, ha hecho un excelente trabajo al frente del club más antiguo de la ciudad. Enhorabuena.
Y por cierto, su hijo el torero Octavio García González ya está entrenando en el campo bravo, porque tiene tres corridas programadas para el mes próximo en Apan, Hidalgo; Aguascalientes, Aguascalientes y Tijuana Baja California, a pesar de la cornada reciente que recibió en Guadalajara. Juventud, divino tesoro,
El miércoles, a 28 años del asesinato del candidato presidencial Luis Donaldo Colosio, los priistas de Querétaro -encabezados por Abigail Arredondo- le rindieron homenaje ante su busto en las instalaciones de la sede estatal de El Pueblito.
Eligieron como presidente la mesa directiva de la 60 legislatura al tres veces diputado local y en dos ocasiones alcalde de Corregidora Antonio Zapata Guerrero, ejemplo de supervivencia política.
El equipo Gallos Blancos permanecerá en Querétaro, a pesar del interés de los gobernadores morenistas de Morelos y Sinaloa por llevárselo. Aquí, el mandatario estatal Mauricio Kuri ha tejido fino con los dueños y compradores interesados, como lo reveló PLAZA DE ARMAS desde el lunes pasado al revelar el nombre de Francisco Orozco Morín como futuro propietario.
-EL HISTORIETARIO-
Rojo.
Tiempo después de Chiapas, ya en este siglo, el reportero se reencontró en Querétaro con el obispo de San Cristóbal de las Casas, don Samuel Ruiz, a quien muchos tenían como el verdadero comandante del EZLN y que los indígenas bautizaron como Tatik, padre en tzetal o Jcanan Lum, cuidador del pueblo.
Comimos en casa del comunicador Raúl Moreno en Tejeda, acompañados del doctor Marco Antonio León. Ahí nos compartió que jubilado en 1999 obsequió a su hermana la oportunidad de decidir en dónde radicarían, por haber dedicado su vida a atenderlo.
La primera opción era regresar a su lugar de origen, Irapuato, Guanajuato, pero ella escogió Querétaro, “más bonito y tranquilo”, en donde permanecieron hasta su muerte en 2011.
¿Y no extraña San Cristóbal? Le preguntamos.
-No. Yo estuve al frente de la diócesis 40 años (de 1959 a 1999). La iglesia es muy sabia y lo releva a uno en el momento justo, cuando -sin darse cuenta- puede convertirse en adversario de su obra y destruirla.
Así, se alejó de su diócesis, aunque viajaba al extranjero en busca de recursos “para la causa”.
Y mire lo que son las cosas, Samuel Ruiz -confrontado con la jerarquía católica por su activismo – reposa para siempre en Chiapas, en donde el Papa Francisco, en su visita de 2016, pidió perdón a las comunidades indígenas, visitó la tumba del Tatic, le llevó flores y rezó una oración por el eterno descanso de su alma.
La política es así.
Hasta en la Iglesia.
-LA FRASE DE LA SEMANA-
Cachorro.
Para el 2024 debemos integrar una real oposición que debe ir en bloque, en alianza: Enrique de la Madrid Cordero, ex secretario de Turismo, hijo del ex presidente Miguel de la Madrid y aspirante a la candidatura presidencial. Martes 22 de marzo de 2022.
Va.
-JUGADA FINAL-
Firmes.
A los gobernadores de Sinaloa y Morelos que pretendían llevarse la franquicia de los Gallos Blancos, un queretanísimo ¡Jaque Mate!