“Misión cumplida”, declaró el presidente López Obrador al ‘inaugurar’ el aeropuerto de ‘Felipe Ángeles’ (AIFA) acompañado de las élites políticas y económicas. ¿Cumplida? No del todo. La obra está inconclusa: las vialidades están por definirse, a la par que el transporte. Al igual que los gobiernos que tanto critica –los neoliberales- inaugura obras no terminadas. El megaproyecto deviene miniproyecto, si pensamos en el derruido Texcoco. Mini, digo, porque ni siquiera cuenta con la certificación internacional. El video panegírico del innombrable Epigmenio Ibarra, bien conocido por sus teleseries que alimentan el entretenimiento del populacho, no salva una realidad que nos señala de deficiencias si usted quiere menudas tales como la de que los baños no cuentan ni siquiera con agua.
Nadie habla tampoco de las irregularidades durante el proceso de construcción como los salarios de la milicia proletarizada, tampoco del verdadero costo de su realización, de la contratación de empresas fantasmas por parte de SEDENA, de la patética vendimia de chucherías -efigies en miniatura del tabasqueño, tacitas con la leyenda AIFA, la venta de tlayudas para los tragones. Todo un mercado que ha dado pie para bautizar el aeropuerto como ‘la central aviadora’. Y no faltaron los acarreados que vociferaban loas al Mesías, análogas al grito lisonjero aquel de los diputados y senadores morenistas: “es un honor estar con Obrador.”
¿Funciona el sistema aeroportuario Balbuena, Toluca, AIFA? Hay muchos que sí lo creen. Por lo pronto lo que veo es un fiasco, una base militar y comencial mal llamada ‘Felipe Ángeles’, el famoso artillero revolucionario que nada tenía que ver con la aviación, pero a quien AMLO, en una de sus tantas ocurrencias, decidió honrarlo ¿o deshonrarlo? de esa manera.
‘Espectacular’ fue el calificativo zalamero del magnate Carlos Slim. Si lo es o no, poco importa. Importa sí, que sea útil a los mexicanos. ¿Lo será? Al igual que el magnate, la babeante Sheinbaum declaró: “es la perfecta imagen de la 4T” ¡Qué poco favor le hizo a la así llamada desgracia mexicana!.
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El tiempo tiene la palabra. Faltan muchos detalles para saberlo. Y en el detalle está la perfección. O mejor, la significancia.