Carlos Uriegas
Son dos equipos considerados chicos o poco ganadores en el futbol mexicano, de hecho la rivalidad entre la Barra Resistencia Albiazul y la Barra 51 se remonta al torneo de Clausura 2007, cuando el Atlas derrotó al Querétaro y los mandó a la división de ascenso, la Primera A; partir de ahí el rencor fue creciendo.
En 2007 los rojinegros del Atlas, derrotaron 2-0 a los Gallos Blancos sentenciándolos a la liga de ascenso, lo que derivó en una batalla una campal protagonizada por la barra del Querétaro en el Estadio Jalisco, de ahí los fanáticos del equipo queretano alimentaron el odio contra la afición atlista.
En 2010, ya con los Gallos Blancos de regreso en la Primera División, llegó un nuevo duelo, que terminó con la victoria del Querétaro y con una gran bronca en las tribunas del Corregidora; se reportaron más de 30 heridos, en aquella ocasión se determinó que las barras visitantes no tendrían acceso al estadio visitante, como sucederá en esta ocasión, pero el tiempo terminó por opacar esa medida.
Nuevamente la disputa por definir al equipo menos malo revivió en 2013. Los Gallos Blancos del Querétaro se disputaban el descenso frente al Atlas en un partido de temporada regular. El partido terminó con empate a cero, pero el resultado le servía a equipo tapatío para ubicarse arriba de los Gallos en la tabla de porcentajes.
La frustración derivó en una nueva batalla en la que la Barra 51 del Atlas recibió una lluvia de botellas y piedras. La policía de Guadalajara intervino para frenar los destrozos afuera de la casa de los Rojinegros.
La barra queretana, además de enfrentarse con el Atlas ha tenido peleas con aficionados de los Pumas de la UNAM y con el equipo Atlético San Luis. En octubre del 2019 se dio una gran bronca en las tribunas del estadio potosino, el partido se suspendió y también la gente tuvo que entrar a la cancha para protegerse.
El 5 de marzo del 2022 pasará a la historia como la cumbre de los enfrentamientos entre fanáticos de estos dos equipos, será un sábado manchado de sangre, por la angustia de familias que buscaban escapar de las patadas, golpes y convulsiones.
El “Grita por la Paz” promovido por la Liga MX no fue escuchado, fue silenciado abrumadoramente por la turba, por gritos y por patadas sobre cuerpos y cráneos provocando convulsiones, en una semana en que los Gallos se convirtieron, literalmente en Gallos de pelea, como presumía el Club en sus redes sociales y con una imagen paradójica en la que un día antes los jugadores y cuerpo técnico del equipo se tomaban la foto simulando luchar en un ring de lucha libre.
Al final quedaron los heridos y los efectos de una tarde violenta en Querétaro, cuyo estadio, barras y equipo de futbol experimentará una sanción como su nombre lo dice, verdaderamente Corregidora.