Carlos Uriegas
La oración, el ayuno y la fe serán un factor que sume para encontrar la salud, la misericordia y la paz en el mundo, afirmó el Obispo de Querétaro Fidencio López Plaza, en el arranque de una Cuaresma a la que calificó como un parteaguas en los actuales tiempos.
Luego de dos años de pandemia, las Iglesias han vuelto a cobrar vida, a diferencia del año pasado templos como la Catedral, San Francisco y La Cruz, abren las puertas, sin perder las medidas sanitarias.
“En estos dos años de pandemia la Iglesia ha tenido que actuar como la parábola de la levadura, ha estado trabajando discretamente en el subsuelo de nuestra sociedad dando esperanza y consuelo y ahora comienza a manifestarse nuevamente”, celebra el Obispo López Plaza.
El jefe de la Iglesia queretana recordó que quien reza de verdad no es violento.
“A la crisis sanitaria le siguió la crisis económica y a la crisis económica la crisis social. La violencia salió de las casa a la calle, a los pueblos y a ciudades y países como Ucrania, por lo que es importante mencionar que quien reza de verdad no es violento”, expresa desde la sacristía el obispo Fidencio.
Está Cuaresma es un parteaguas, el Obispo dijo que debe promoverse el ayuno y la oración por la paz, en entender lo que es la justicia y la misericordia.
“Será un parteaguas, no sólo por los signos externos sino por lo que estamos viviendo al interior de la Iglesia”, comparte el Obispo, quien acaba de regresar de la Sierra y seguirá con una agenda cargada recorriendo el estado.