Octavio García “El Payo”, el mejor torero queretano de todos los tiempos, confía en la permanencia de la fiesta taurina como una manifestación cultural y tradicional, a pesar del embate de los políticos oportunistas y revela al periódico PLAZA DE ARMAS sus proyectos: cortar un rabo en la Plaza México, en donde ha logrado 28 orejas y regresar a España en donde hizo 60 novilladas y ganó 19 de los 23 premios.
A sus 33 años, con casi 20 en los ruedos, el matador queretano ha alternado con los mejores del planeta, incluido Jose Tomás, su padrino de alternativa y El Juli que le abrió las puertas de Madrid, prepara su presentación para el domingo 13 de marzo en Guadalajara, la tierra de su esposa la modelo e influencer Fabiana Cataño que le ha dado a Triana, la niña de tres meses, su nueva locura.
Atrás quedaron los fracasos, decepciones, amores y desamores con cantantes y artistas. No tiene tatuajes ni culpas. Las únicas huellas permanentes de su cuerpo son 17 cornadas, incluida una gravísima recibida en Monterrey. Hoy mira hacia adelante y ansía más triunfos en su carrera mientras se reinventa -para el futuro- con la ganadería comprada al Jefe Diego, descubre su gusto por el hip-hop y entiende los consejos que le dio Joaquín Sabina cuando tuvo la peor tarde de su vida en Las Ventas y hasta pensó en el retiro.
El Payo, anunciado como “El Torero queretano más importante de la historia” en un espectacular colocado en lo alto de la Plaza Santa María, es noticia no solamente en los medios dedicados al deporte sino en las portadas de revistas del corazón, como Hola! y en juicios de escritores especializados como José Carlos Arévalo que lo ha definido como “un torero como los de antes”.
Con la barba crecida, viste camisa azul y blazer con botonadura plateada. Se ve satisfecho de ir superando esta etapa de su vida en la que ha sufrido en familiares y amigos los embates de la pandemia. Viene de todo.
28 OREJAS EN LA MÉXICO
PLAZA DE ARMAS: El Payo, un torero como los de antes, decía José Carlos Arévalo. Has toreado en La México y Las Ventas. ¿Cuál te falta?
OCTAVIO GARCÍA, EL PAYO: Esto comenzó como un juego. Ustedes me han visto desde niño., cuando jugaba a ser torero y no me di cuenta en qué momento se convirtió en realidad y pasé a novillero a una corta edad y debuté a los 14 o 15 años. Y me fui a España a buscarme un hueco allá. Ahora, analizándolo, me doy cuenta de que era sin ánimo de hacer una carrera. Era lo que me tocaba. Entendía la importancia de Madrid, pero no le daba el valor de lo que podría representar en mi carrera. Llego a Madrid, gracias a Dios me fue muy bien. Al año siguiente volvió a llegar Madrid y me lleve 19 premios de 23 que entregaban. La Feria de San Isidro es como el mundial del toreo y eso hizo que toreara 60 novilladas en España, en un año. Y no me di cuenta, sinceramente, en que momento aquello rompió a una carrera importante, una carrera profesional. Y ahora que soy más consciente veo que tuve mucha suerte, porque se fue moldeando mi carácter también, aunque también me doy cuenta de que en ese momento sólo había conseguido llamar la atención y que no había conseguido nada. Entonces, siento que me queda muchísimo por hacer y triunfar. Llevo muchas orejas en la Plaza México. 28. Pero por ejemplo nunca he contado un rabo, a pesar de que he salido siete veces a hombros y para mi esa es algo, una experiencia que se me ha quedado clavada y además son consciente de que cada vez va a ser más difícil porque la exigencia es mayor. Pero esa es mi ilusión.
VOLVER A MADRID
PDA: Y la última corrida de La feria de San Isidro, en Madrid, que se suspendió.
EL PAYO: Eso me dolió mucho, porque además se habían alineado muchos astros. Era la primera vez que estaba anunciado en Madrid con una ganadería que me daba muchas garantías de triunfo. De hecho, al día siguiente la mató El Juli. Ya ve que ahí, en esa feria, son diarias las corridas y si no se echan los toros en un día, lo hacen en la siguiente y fue muy buena corrida. El Julio cortó oreja. El tema es que no me regresaron.
PDA: Ya no se reprogramó.
EL PAYO: La realidad es que aquél día se pudo haber ido la corrida de toros y la empresa al tener un seguro contratado por suspensión de clima y lloviendo fuerte no había tanta gente, prefirió suspenderla y yo fui el único de los alternantes que no quería suspenderla, porque llevaba un año preparándome para ella. Llevaba literalmente viviendo para Madrid un año y que se alinearan de esa manera los astros para ir con una corrida de garantía iba a ser muy difícil repetirlo.
PDA: Y ahora se tendrán que alinear nuevamente los astros.
EL PAYO: Espero que se alineen.
PROFETA EN SU TIERRA
PDA: Has sido profeta en tu tierra. El mejor de Querétaro dice en el letrero de la Santa María, en donde antes se anunciaba un brandy.
EL PAYO: Mi intención, a partir de la actuación del 25 de diciembre pasado, que me sentí apoyado después de tanto tiempo de no torear, que vi a la gente volcada con su plaza -que ustedes nos hicieron favor de defender- sentí que les tengo que regresar algo. Quiero matar seis toros para la gente que nunca me ha dejado tirado. Para mi gente de Querétaro quiero matar seis toros a beneficio de los más necesitados. No sé todavía con qué fundación ni con qué aparato pero quiero que todo lo que se genere ese día se le regrese a Querétaro. En cariño, en sentimiento, en energía, en dinero, en todo. Esa será mi próxima corrida aquí.
PDA: Ya toreaste con los más grandes: José Tomás, El Juli, Roca Rey, Morante, Castella. ¿Quién de falta?
EL PAYO: De los importantes, ninguno. Me faltó, fíjese, me hubiera gustado torear de luces -aunque sí lo hice en público- con el maestro Jorge Gutiérrez. Me hubiera gustado torear con él. O con el maestro David Silveti, que ya no me tocó. Después de ellos he toreado con los importantes a nivel mundial, compitiendo las palmas. He toreado con El Juli en La México y con José Tomás tres o cuatro corridas.
PDA: Incluida la de Aguascalientes, donde casi lo mata “Navegante”.
JOSÉ TOMÁS, SU PADRINO
EL PAYO. Y en La México. Él es mi padrino de confirmación. Por cierto, tengo una anécdota bonita. Él me da la confirmación por la temporada que había tenido en España. Él me pone en su contrato. “Sí voy a México, pero yo vi un novillero en España que quiero que toree conmigo”. Y me exige en su contrato en La México. Yo me entero y Herrerías me decía “te voy a matar hijo de… es la última vez que vas a torear en La México. Luego fue mi mejor amigo Herrerías. Después de esa corrida la verdad es que ya nunca hablamos de dinero. Es la única corrida en La México, en la época de Herrerías, en la que yo traté unos honorarios. Nunca los volvía a tratar, porque Herrerías, a pesar de lo que decía toda la gente de él, era muy derecho para los tratos. Y a mi me decía: tú no te preocupes; yo siempre te voy a dar el dinero que mereces. Y siempre me lo dio. Incluso hubo un día que me dijo: oye, aquí hay más, porque generaron más y aquí está la lana. A mi siempre me trató muy bien Herrerías.
PDA: ¿En este momento cuál color de terno prefieres?
EL PAYO: En este año con lo de la pandemia me puse mucho el blanco y plata, porque fue el vestido con el que tomé la alternativa y sentía ilusiones parecidas a las que tenía cuando quería ser torero, al principio de mi carrera, porque a mi la pandemia sí me pegó sentimentalmente. Hubo una época de la pandemia, a lo mejor dos o tres meses, que no me levanté de la cama por una depresión muy fuerte porque le pegó a mi mamá. Tres meses. A principio lo vi un poco como vacaciones. Yo lleva toreando desde los 10 años. Pero después, yo que estaba acostumbrado a la actividad taurina, me di cuenta de que no hacía otra cosa; que llevaba 20 años toreando y que si esto se me acababa yo tenía muy pocos lugares a dónde hacerme para seguir desarrollándome y me vine abajo. Me sentí en un momento… inútil. Y cuando lo comentaba con un familiar, me decía de qué me estás hablando ca… tienes una carrera increíble; tú llegaste cuando tenías 19 y ya tenías tu carrera hecha. Sentí un vacío muy fuerte, porque mi ritmo de vida era estar acostumbrado todo el tiempo a la actividad y que podía morir, a tener miedo y la idea de que tenía que levantarme temprano y hacer ejercicio porque sino me iba a agarra un toro. Y de repente no tener esa obligación y, sobre todo, no ver para cuándo iba a abrir. Me costó trabajo decir: tu eres torero no por el resultado en la plaza, sino por el día a día. El proceso que vives para torear, lo que te hace sentir entrenar, lo que te hace sentir soñar que toreas… y luego el resultado es torear, que quizá lo que menos me guste es ir a la plaza de toros. A mi me gusta mucho el campo, me gusta mucho torear en las ganaderías, me gusta mucho crecer en mi manera de torear. Y quizá donde más vulnerable me siento es en la plaza de toros y no por el toro sino por todo. Vulnerable es la palabra. Y me di cuenta de que yo vivía para ser torero y a lo mejor ya no habría qué.
PDA: En una entrevista reciente nos decía Panchito Varona, el guitarrista de Joaquín Sabina, que en toda la historia no ha habido un compositor que haga mejor música después de los 50 años y que, en cambio, los escritores o actores son mejores en la vejez. ¿Qué pasa con los toreros?
LOS CONSEJOS DE SABINA
EL PAYO: Yo tengo 33. La edad de Cristo, que le llaman. Hoy estaba viendo un documental de música y a partir del Superbowl me hice aficionados hip-hop. Y le dice a mi mujer, si el hip-hop nace en Sevilla, Camarón de la Isla está pidiendo chicles. Me llamó mucho la atención la libertad personal: yo soy éste, yo ni me muevo pero bailo mejor que estos. Y luego un personaje que se llama Doctor Dre, que creo es el genio alrededor de esto. Y hoy estaba viendo un documental y decía el Dr Dre “la música es un actividad de jóvenes” y yo decía, cómo, al contrario de lo que a mi me dijo un día Sabina. El día que me fue a mi de la chingada en Madrid, que de verdad le dije a mi papá me retiro, a Julio Esponda mi amigo y apoderado, que en paz descanse, también le dije me retiro, me voy a poner a estudiar, voy a ser abogado igual que tú y voy a ser mejor porque soy más mafioso que tú. Mi papá lloraba. Y me abraza por atrás Joaquín Sabina y me dice ¡enhorabuena buena, maestro! en la puerta del Palace. Volteo y le dijo, oye Joaquín, no mames, ca.. ¿Que no viste la corrida ayer? ¡No me lincharon de milagro!… Y me dijo, no, no, bien, eso es; a partir de ahora vas a trascender. Y yo dije ¿De cuál trae este carnal? De qué me está hablando el maestro. Y así se lo dije: Maestro, no lo estoy entendiendo. Y me respondió: “Mira, para que un artista pueda de verdad expresar, tiene que haber vivido de todo: el amor, el desamor, el engaño, el éxito y estar hundido hasta abajo. Y hoy estás hundido hasta abajo. Ahora sí, a partir de hoy eres artista. Antes eras un tipo que se dedicaba al arte, pero no eras artista, porque no sentías todo lo que te estoy diciendo. Y para poder expresar no solo vale el sentimiento del amor o de la adversidad. Necesitas tener todo junto aquí en la barriga y que aquello explote”. Seguí sin entenderlo. Le dije a mi papá: este viejito loco. Me está llevando la fregada, yo llorando que me había ido horrible y tal. Y no le agarre el aire. Luego con el tiempo empecé otra vez pum, pum pum. Yo no soy de alcohol, pero me acuerdo que en esa época, después de Madrid, bebí mucho. Me encerraba en la casa y me emborrachaba. Y lloraba y lloraba. Así un mes y medio. Y de repente un día dije ¡ya! Esto no me vuelve a pasar. Hasta aquí. Y no te puedes acostar si no entrenas. A los dos meses había recuperado todo y empecé a poner a la gente de pie. Y dije, pinche Joaquín Sabina, qué razón tenía. Y pienso que ahora que ya tengo una nueva situación de vida, con mi niña, y que he vivido todo: he sido considerado el número 1 de mi país en lo que hago y también he sido considerado el peor de todos, después de lo de Madrid. He sido, de alguna manera, un torero polémico, porque a lo mejor me salía un poco de los estándares de publicidad que utilizaban mis compañeros, no solo taurinos. Polémico también por los amores o desamores, como le quiera poner, pero todo eso me ha llevado a que hoy en día me sienta como si tuviera 17 cuando tomé la alternativa con El Juli. Mucho, mucho tiempo hubo, estoy hablando de tres o cuatro años, que yo no quería ir a la plaza de toros. Yo llegaba a la plaza de toros y no quería estar ahí. Aunque estuviera técnica y taurina mente en mi mejor momento y triunfaba, sí pero no estaba haciéndolo con gusto. Yo ya iba por instinto. Y la diferencia entre aquellas corridas y esta, después de la pandemia, cuando la gente dice ¡cuatro orejas en Querétaro!, tres y un rabo en León, tres en Salvatierra, es la ilusión.
SIN TATUAJES NI CULPAS
PDA: Hablando de mujeres y traiciones. Hablaba Sabina de los tatuajes de un pasado bucanero. Y en otra entrevista que tuvimos contigo en 2017 decías de esperar a una mujer que llegara de manera natural a tu vida. Hoy ya casado, con una niña de tres meses, encontraste a esa mujer.
EL PAYO: Sí.
PDA: ¿Tienes tatuajes?
EL PAYO: No. Jajaja. No tengo tatuajes. Libre de culpa y de todo.
PDA: Y no lo niegas todo, como Sabina.
EL PAYO: No lo niego todo.
PDA: El tema, de todos modos, es que tú te inventaste, como El Pirata Cojo que se inventa vidas, te inventaste ganadero.
EL PAYO: Tengo una ganadería, que por suerte tuve acceso a ella, se la compré al Jefe Diego. Él compra la que era Barralva. En La Barranca de Fernando de la Mora la deja con unas vacas y él al no ser ganadero, se deshace de ellas y yo las adquiero. Y la adquiero en esa época que le estoy diciendo que me emborrachaba. Estaba deprimido y cuando me habla y me dicen hay esta ganadería, nomás que trae 40 toros a puerta cerrada, limpios para torear, por este precio. Y en ese momento me gasté todo el dinero que tenía para comprar la ganadería. No me quedé con 20 mil pesos en la cuenta. Luego me recuperé, pero de momento aposté por toreo y más que por ser ganadero por comprar los 40 toros que me iban s servir de preparación para llegar otra vez a La Mexico. Y por eso compro la ganadería y digo: todo o nada.
PDA: ¿Y cómo va?
ELPAYO: Muy bien, muy contento. Gracias a Dios muchos ganaderos importantes han padreado de mi ganadería. Y yo no lidió. No quiero lidiar hasta que yo me retire, porque me daría mucho pesar que in toro mío hiciera daño a un compañero. Esa es la idea que tengo. Yo no me siento en el nivel de ganadero en el que yo pueda garantizarle el espectáculo a la gente y a los propios toreros.
PDA: Y que no desaparezca la fiesta.
EL PAYO: Eso sería horrible. Pero no, ayer estuvimos en una gente precisamente con varios empresarios taurinos. Todo el grupo de La México y tenemos una relación muy positiva con legisladores que reconocen en la fiesta algo cultural y tradicional, aunque hay políticos de paso, oportunistas, que para demostrar que hacen algo nos pegan a nosotros porque es algo mediático. En realidad no les interesan los animales. Yo veo las plazas más llenas que nunca, lo que demuestra que esas campañas propagandísticas no han efecto porque la gente ya no les cree a ese tipo de sinvergüenzas.
PDA: Finalmente Payo. ¿Cuál es tu meta inmediata?
EL PAYO: Mi tarea inmediata en esta pandemia es recuperar toda mi ilusión por torear. No que la haya perdido. Yo nací para esto. Es estar feliz en la plaza, disfrutar hasta del miedo en el patio de cuadrillas y que le vaya mal, porque cuando estás ilusionado ni siquiera lo sientes. Mi cambio incluso de apoderamiento es volver a ilusionarme con una etapa nueva, con un crecimiento nuevo. ¿Y qué me espera, ahora? Quiero regresar a España. Creo que todavía tengo edad y se que tengo capacidad para hacer lo mismo que cualquier otro torero por muy importante que sea. Tengo que provocar esa oportunidad para que se dé. Voy por ella.