Miguel de Unamuno decía: “nada más sagrado que un niño, guardián de la eternidad en el tiempo, ante quien es una tremenda realidad el misterio del porvenir”. Es verdad. Así lo entendían los antiguos romanos: “maxima debetur puero reverentia” (Al niño se le debe el mayor respeto) Juvenal, Saturae, 14,47.
Desatender a un niño con cáncer es una crueldad infinita. Tal es la tónica del actual gobierno federal. Otrora, el Seguro Popular llegó a financiar el cuidado de quince tipos de cáncer infantil. Pero con el INSABI, esa ‘genial’ invención de López, la situación se volvió incierta. La desesperación cundió entre los padres. Casi imposible solventar la cura: 160 mil pesos mensuales. Comenzó entonces un peregrinar de los padres, a quienes Hugo López Gattel acusó de un intento de desestabilizar al país. Golpistas de derecha, les llamó el inefable epidemiólogo. Presionaron de mil formas, incluso bloquearon el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México. No faltaron las “mesas de diálogo”, ni las promesas de siempre. Infructuosas, para decirlo claro.
El grupo Pisa que producía medicamentos genéricos entró en una disputa con el gobierno. Y fue clausurado. Todo ha sido un golpeteo a la industria farmaceutica nacional, so pretexto de corrupción y otros prejuicios moralizantes. Con el propósito de purificar el sistema de salud, el gobierno recurrió a la UNOPS (una oficina de la ONU) que resultó un desastre. Pues que se mostró incompetente para resolver los problemas de un país de más de 120 millones de habitantes.
La crisis del desabasto se extendió a otros padecimientos como la diabetes. Los pacientes que la sufren están obligados a adquirir la insulina como Dios les da a entender, juntando un peso aquí y otro allá. Eso me consta porque tengo amigos que la padecen. Justo el título del libro de Javier Tello: “La tragedia del Desabasto”. ¿La peor crisis de salud en México? Todo indica que sí. ¿Pero sólo la salud? No, la educación, la seguridad, el empleo. El barco se hunde. Entre tanto, aquel hombre que llegó a la Presidencia con imagen de intachable, se despoja de su investidura y, como un bravucón de barrio, ataca impunemente la libertad de expresión. Intimida.
Su iracunda reacción contra Loret de Mola proviene de desenmascaramiento de la corrupción. Bien sabía el presidente lo que ocurría en Houston con su hijo José Ramón. La refinería Deer Park cuyas acciones compró Pemex, tiene ahí su sede. Baker Hughes el arrendatario de la vivienda que disfruta José Ramón, abastecería partes para la construcción de Dos Bocas.