Cuando Enrique Peña Nieto tomó posesión de su cargo como presidente de México, hace diez años, la ceremonia en el Palacio Legislativo de San Lázaro se realizó protegida por un cerco implacable. Los inconformes con el resultado electoral, amagaron con impedir el ritual. Obviamente no lo iban a cumplir la amenaza, pero el disturbio alimentaba su estrategia.
Todos sabemos cómo finalizó esa estrategia y todos recordamos un camión de basura, con su carga incendiada, fue lanzado contra las vallas.
Fue la primera utilización de un vehículo pesado contra la fuerza pública. Nadie fue castigado por ese hecho, como resulta obvio. Los gobiernos neoliberales siempre ser acobardaron frente a las manifestaciones “pacíficas”. Por eso, entre otras cosas, terminaron entregando el poder. Por negarse a ejercer las responsabilidades del cargo y enfrentar las consecuencias-
Hoy, cuando un tráiler “loco” es lanzado con todo su tonelaje contra la Guardia Nacional, en la carretera de Chilpancingo, fuente de ingresos para una escuela normal rural cuya capacidad se desconoce, más allá de su doctorado en asalto de caminos, tampoco pasa nada. En este caso la cobardía en el cumplimiento del deber, la genera la complicidad.
El gobierno tiene los mimos antecedentes en bloqueos carreteros. Esta en su ADN de agitación social y política permanente
Revisemos:
“Hace una semana, un grupo de manifestantes utilizó un camión recolector de basura para estrellarlo contra el cerco que colocó la Policía Federal (PF) en las cercanías de San Lázaro, durante las protestas del 1 de diciembre (Aristegui Noticias); Desde las primeras horas del domingo, miembros del Estado Mayor Presidencial, encargado del resguardo y
seguridad del mandatario, instalaron vallas metálicas de tres metros de altura en calles circundantes al Palacio Legislativo, también conocido como San Lázaro. El cerco dejó aislados a decenas de miles de habitantes de esos barrios. Las molestias de los vecinos aumentaron porque ese mismo domingo se suspendió la operación en cuatro estaciones de Metro y otras del Metrobús [autobuses urbanos], algunas de ella nada cercanas al Congreso. Las medidas causaron atascos en los alrededores, molestias a los usuarios del transporte público y furor en las redes sociales, donde entre otras cosas se comentó el tema…”
–¿Cuál era el motivo de la protesta en aquella ocasión? Ninguno válido. Sólo debilitar desde el principio a un gobierno a la postre frívolo. Lo lograron.
–¿Cuál el motivo actual en la carretera del tráiler ariete?
Solamente seguir con la agitación incurable de las normales rurales, especialmente la de Ayotzinapa cuyos internos –con pretexto de los 43 asesinados por narcotraficantes en Iguala, se han especializado en robar en la carretera del Sol.
Ahora, cuando el tráiler se lanza contra la Guardia Nacional (criatura decorativa de este gobierno) la indefensión política es la misma.
“ (EoL).- Normalistas de Ayotzinapa pasaron de las piedras y cohetones a lanzar un tráiler sin conductor y a toda velocidad contra elementos de la Guardia Nacional y policías estatales y antimotines que mantenían un cerco a la altura de la caseta de Pablo Blanco, en la autopista del Sol, para impedir que esa vía de cobro fuera tomada.
“La Mesa de Coordinación para la Construcción de La Paz (¿?) reportó al cierre de esta edición a 17 guardias nacionales y 20 policías estatales con diversas heridas, cuatro de sus integrantes heridos por el lanzamiento de cohetones y otros artefactos explosivos.
“Desde muy temprano, policías antimotines de Guerrero y guardias nacionales llegaron a dicha zona para evitar su toma por parte de normalistas, instalando dos cercos. Uno antes de la caseta y otro cruzando ésta. Los estudiantes pretendían arribar a la instalación de cobro para tomarla, repartir volantes y pedir cooperación a los automovilistas.”
Y junto a eso, en el país de las declaraciones idiotas, el premio mayor viene siendo este:
“‘No se puede castigar a nadie porque el tráiler iba circulando solo”, dijo Abelina López, alcaldesa de Acapulco.