Por una #SociedadHorizontal
La salud del presidente López Obrador, fue uno de los principales temas que ocupó el mes de enero. En el arranque del mes, a través de su cuenta de Twitter, el mandatario comunicó: “Aunque los síntomas son leves, permaneceré en aislamiento y solo realizaré trabajo de oficina y me comunicaré de manera virtual hasta salir adelante”.
Posteriormente, tras tomarse la temperatura, comentó: “para informar que no nos espantemos. Afortunadamente esta es una variante que no tiene el grado de peligro que la variante delta”. Luego agregó, “creo que afortunadamente no vamos a necesitar hospitalizarnos, ni vamos a sufrir con pérdidas de vidas humanas, esto es distinto, yo diría que este virus va de salida, no va a los pulmones y muy pronto las cosas van a normalizarse”.
La noticia de que, por segunda vez, el mandatario dio positivo a Covid-19, generó una amplia discusión en redes sociales. Mientras que quienes lo apoyan, le desearon pronta recuperación con el #FuerzaPresidente, sus críticos insistieron en que el presidente se contagió por la irresponsabilidad de no utilizar el cubrebocas. Más allá de la discusión de coyuntura, es pertinente recordar que no es la primera vez que la salud del presidente se vuelve tema de atención pública. La noticia trajo a la memoria el infarto que el mandatario sufrió años antes de asumir la presidencia en diciembre de 2018, además de recordarnos la hipertensión que padece.
Días después, aunque el vocero de la Presidencia había comunicado que el titular del Ejecutivo acudiría a una “revisión de rutina”, el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, informó horas mas tarde que AMLO fue sometido a un cateterismo cardiaco en el Hospital Central Militar. Aunque salió sin mayores altibajos de la intervención, lo que generó una gran controversia, fue cuando el mandatario compartió: «Tengo desde hace algún tiempo un testamento y ya siendo presidente le agregué un texto que tiene el propósito de que en el caso de mi fallecimiento se garantice la continuidad en el proceso de transformación y que no haya ingobernabilidad y que las cosas se den sin sobresaltos, sin afectar el desarrollo de país, garantizando siempre la estabilidad y el que se avance en el proyecto que hemos iniciado”.
La especulación y las preguntas no se dejaron esperar: ¿Es realmente estable la salud del presidente? ¿Tras la intervención quirúrjica, identificó riesgos que le llevaran a declarar sobre su testamento político? ¿Qué tan válido es que al pronunciarse en torno a su posible ausencia, el presidente busque predeterminar decisiones que pudieran estar por encima de lo que la propia Constitución establece? Y la más compleja ¿Qué pasaría si en este momento, llegara a faltar AMLO?
Nadie en su sano juicio, desearía que el presidente tenga problemas de salud. Como titular del Poder Ejecutivo y por la estabilidad de la República, es deseable que goce de una condición extraordinaria, para que en todo momento pueda desarrollar las actividades para las que fue electo. No obstante, el estilo personal de gobernar del presidente López Obrador, se ha caracterizado por el hecho de que su presencia, la forma en la que toma decisiones, la manera en la que ocupa la agenda pública, hayan generado, como pocos presidentes en la historia reciente, que el sistema político mexicano gire en torno a él.
Sirva la noticia sobre el testamento político, para hacer una reflexión más profunda. ¿De qué manera lograremos que el presidencialismo mexicano evolucione, en beneficio de una sociedad donde el poder sea cada vez mas descentralizado? ¿Cómo depender menos de los liderazgos individuales, para fortalecer más las dinámicas colectivas? ¿Cómo lograremos que los intereses del conjunto nacional, se sobrepongan a los de personajes en lo individual?
En una era en la que la voz millones de personas crece y se manifiesta cada vez más, la #SociedadHorizontal debe promover mejores mecanismos de información, comunicación y organización, que consoliden la fortaleza colectiva. Sirva el presente artículo para desearle buena salud a nuestro mandatario, pero también para recordarnos que México es mucho más que una sola persona.