A propósito del Día Mundial de la Reducción de Emisiones de efecto invernadero que se celebró el pasado 28 de enero, es pertinente reflexionar sobre la limpieza de terrenos baldíos en la ciudad mediante la quema de vegetación, pues ésta práctica, que, si bien ahorra en el pago de mano de obra, también es cierto que produce una enorme cantidad de emisiones y máxime si tomamos en cuenta que es precisamente en las ciudades donde se generan las mayores emisiones de CO2.
Las Naciones Unidas al celebrar este día como una iniciativa para mitigar y adaptarnos a los efectos de cambio climático, consideró todas las actividades que van enfocadas a la educación ambiental, ejercicios de reforestación, conferencias y otras más. En paralelo hay que decir que la CNDH indica que todas las personas tienen derecho a gozar de un aire de calidad, sin embargo, la contaminación, principalmente en zonas urbanas se ve incrementada por partículas de larga duración como el CO2, estos gases de efecto invernadero son lo más dañinos ya que contribuyen al calentamiento global y al cambio climático.
Por ello, la práctica de quema de vegetación para la limpieza de terrenos baldíos urbanos debe terminar por completo, y además, sancionarse, ya que es una práctica contaminante que afecta la calidad del aire, no sólo con CO2 sino con Partículas menores a 2.5 micras que resultan seriamente nocivas a la salud humana y atentan contra el derecho humano a un medio ambiente sano de todos los ciudadanos de Querétaro.
Celebrar un Día Mundial, como es el caso, es adoptar las pautas ambientales amigables para lograr reducir las emisiones de gases GEI, pero en este sentido, también hay que regular la conducta de actores que llevan a cabo prácticas sumamente irresponsables y contaminantes.
En el caso de la quema para la limpieza de terrenos baldíos urbanos, no se trata de si es legal o no, se trata de erradicar una mala práctica ambiental, para con ello beneficiar la calidad del aire, la salud humana y contribuir al combate del cambio climático.
Es tiempo de reflexionar nuestras conductas y sumar esfuerzos colectivos e individuales para mitigar las emisiones y aquí tenemos una gran oportunidad de demostrarlo.