El año 2021 fue realmente importante para el magisterio del estado de México.
Bueno, para todos los maestros de México.
Una sencilla y limpia maestra de primaria llegaba a la secretaría de Educación Pública (aunque fue nombrada en diciembre del 2020), a corregir la mal llamada Reforma Educativa de los neoliberales, conservadores, clasistas y racistas, y el maestro Ignacio Torres Olascoaga recibía la Presea Estado de México 2020, de Pedagogía y Docencia “Agustín González Plata”, de manos del Gobernador Alfredo Del Mazo Maza
Además, entregaba el “Himno al magisterio”,una inspirada composición lírico musical cuya dimensión es casi heróica. Ya hubieran querido Vasconcelos, Gabriela Mistral y Altamirano.
No se puede en estas líneas convertir el periódico en un pautado donde se escriba la música de tan inspirada e inspiradora obra, pero sus conceptos cantados son realmente –o como diría doña Delfina, precisaemnte–, conmovedores. Dice así en alguna de sus partes:
“…tu bandera es de tersa blancura;
aspirando a vencer la ignorancia,
con el fuerte bastión de cultura.
Magisterio titán que en la lucha,
por el logro de un mundo mejor;
vas forjando en el pueblo la idea;
de cultura, de paz y de honor…”
Es una cosa linda. Linda y hechicera,diría el poeta.
Significa un doble o triple triunfo: Toluca y Texcoco, donde la maestra fue además de todo presidente municipal. Y de ese ayuntamiento, obtuvo fortuna y poder.
La fortuna, para ella y su candidatura. Poder para el movimiento de Regeneración Nacional, pues ahora un tribunal sin apelación posible, un alto juzgado de término (ahí termina todo alegato judicial o jurídico), la ha hallado culpable de desvío de fondos (lindo eufemismo) , de coacción a los empleados municipales a quienes les sisaba con descaro infinito, el diezmo de sus haberes.
¿Y todo para qué?
–Para hacer triunfar la honestidad valiente del gran movimiento nacional regenerador.
Por esa razón deberíamos buscar un cambio en la música magisterialm mexiquense. Digamosle adios al maestro Torres Olascoaga (quien no esta relacionado con este despojo) y escuchemos mejor –desdela SEP–, la músican de Rossini para lav ópera “La urraca ladrona.”
Como música es mejor. Y como letra, más ajustada a la conducta de la secretaria. Al menos eso dice el Poder Judicial de la Federación.
La historia de esta comedia operática estrenada en La Scala de Milán el 31 de mayo de 1817, es sencilla (cito la página de la Secretaría de Cultura):
“…En un pequeño pueblo francés, la joven Ninetta es sirvienta en una casa en la que han desaparecido algunos objetos de valor. Por supuesto, la primera sospechosa es ella.
“En medio de los enredos causados por la desaparición de esos objetos y las acusaciones en contra de Ninetta, resulta que el padre de la joven es un desertor del ejército.
“El padre aparece en escena y da a Ninetta una cuchara de plata (en algunas puestas de la ópera es un anillo) para que la venda y obtenga dinero para él. La venta de la cuchara hace aumentar las sospechas sobre Ninetta, y cuando la ley está a punto de caer con todo su rigor sobre la muchacha, se descubre cerca de la casa un escondite en el que se hallan todos los objetos robados y, junto al escondite, al verdadero ladrón: una urraca.
“Al final, como en toda ópera cómica que se respete, todo se aclara y la felicidad es completa: Ninetta se casa con su novio, Giannetto, y el padre de la muchacha es exonerado por el ejército”.
Sin embargo en la opereta texcocana el dinero fue a dar a las arcas de una campaña política y quien sabe si más arriba. Esas son conjeturas, como el dinero de Pío o de Martín. NO huibo ninguna urraca, aunque parezca.
El tribunal electoral, ajeno a la ornitología, no pudo probar mas allá del desvío de dos millones de pesos, aun cuando se sabe de un monto mayor, y por eso se multó al Movimiento de Regeneración Nacional (si asi nos van a “regenerar”…), con más de cuatro millones, lo cual resulta una justa injusticia, porque si bien se le castiga admnistrativamente por el robo de los salarios de trabajadores y empleados, no se les restituye a estos nada de lo birlado bajo amenazas de cese y represalias diversas.
Hasta hoy la maestra Delfina, tan modosita como se mira ella, tan sencilla, no ha aceptado ni su culpa ni su participación en todo este método de financiación tan frecuente en Morena. Su elocuencia le dio, precisamente, para decir luego hablamos.
La repercusión, si la tiene, será interna, electoral.
Favorecería a sus contendientes por la candidatura; Higinio Martínez y Horacio Duarte. Del primero ya se sabe mucho. Es un eterno aspirante al gobierno del estado de México a quien ya hicieron a un lado cuando se presentó la candidatura de Gómez, quienn fue derrotadea por Alfredo delMazo Maza. Casi, casi un “monrealazo”.
Pero aguantó la vara.
Del segundo, se espera una contribución importante al movimiento, porque si ahora es el encargado de las Aduanas del país, ¿con cuanto podrá ayudar al financiamiento subterráneo o bajo el agua de campañas y gastos del partido?
No se sabe ni se debe siquiera suponer.
A lo mejor él no quiere usar el cargo para obtener fondos negros para el movimiento como algunos han hecho en otras ocasiones.
La verdad no hay espacio lógico para desconfiar de estos nobles caballeros quienes han hecho la promesa de no robar, no mentir y no engañar al pueblo. No hay motivos para la duda.