El presidente López fue electo por mayoría abrumadora. Su mandato duraría cinco años y diez meses. Y sin embargo se empeñó y logró elevar a nivel constitucional que se realizara una consulta popular para revocar o ratificar el ejercicio de su poder. La ley suprema fijó las condiciones. De conformidad con el art. 35 de aquella, solo el Instituto Nacional Electoral podría realizar el proceso sobre las mismas bases que la elección presidencial del 2018. Por lo pronto igual número de casillas (162 mil). El costo sería de 4000 millones de pesos, mismos que ‘ordenó’ al Congreso de la Unión recortar al INE con una intención a todas luces perversa. Obligando al Instituto a tramitar ante la corte una controversia constitucional, a pesar de lo cual el INE dio comienzo al proceso, que, para ser válido, la carta exigió que, al menos, votara el 3 por ciento de la lista nominal y con una dispersión territorial de 17 entidades federativas, imponiendo como fecha límite el 25 de diciembre del año en curso.
Pero para sorpresa del inquilino del Palacio, solo pudo cumplirse la exigencia de la Ciudad de México, en Tabasco y 95% en Campeche. De suerte que dos días antes del límite temporal, solamente se habían reunido 39% de las firmas requeridas. Una explicación hipotética: un repudio tácito a la extravagancia presidencial. ¿Otro revés del tabasqueño? Sin duda. Un revés equiparable a la venta del avión presidencial que acabará siendo chatarra. De esta suerte, que aunque la Corte decida reponer los millones de los que el congreso despojó al INE, el asunto queda sin materia. ¿A quién culpará López de su frustración? El tiempo tiene la última palabra. De lo que estoy seguro es que los ciudadanos, con su indiferencia, le están enviando un mensaje claro: gobierna y déjate de tonteras. Muchos asuntos están pendientes: la salud de la población, la economía en declive, la educación que has puesto en las peores manos. Estamos hartos de tus mañaneras, de tu transformación de pacotilla, de tu supuesto ‘Nuevo Régimen’ que nada es. El tiempo se agota. Y solamente vemos tu inminente vejez.
Aprende a leer los tiempos. ¿O es que nada le dice la negación a darle el beneplácito del gobierno español a Quirino Ordaz como embajador de México en tierras peninsulares? Tu empecinamiento será tu perdición. Un día aseveraste, palabras más, palabras menos, no tiene chiste. Pero ya ves que sí. Incluso el pelotear exige disciplina y talento. No cualquiera llega a las ‘grandes ligas’. Eres jefe de estado. Honra tu cargo. De ti dependen la seguridad y el bienestar de millones de mexicanos.