Cuando el Partido Revolucionario Institucional, con todo y su poderosa carga histórica de siete decenios en el poder fue desplazado por una alternancia cuya primera consecuencia fue el gobierno de Vicente Fox, la distribución del poder político en el extraño federalismo centralista mexicano era muy diferente.
El PRI sobre todo y el PRD tenían control sobre buena parte del territorio y una alta presencia en los gobiernos estatales.
Dos décadas después las cosas son muy distintas.
Uno de los mejores ensayos sobre el tema (Rodolfo Téllez Cuevas), nos dice:
“…la CONAGO fue creada por la Declaratoria de Cancún, Quintana Roo, el 13 de julio de 2002, a través de una declaración firmada por 20 gobernadores (16 del Partido Revolucionario Institucional y 4 del Partido de la Revolución Democrática)
con el propósito “de fortalecer el federalismo, la democra-
cia y el estado de derecho”.
“El partido de Acción Nacional que había llevado a Fox al poder
estaba comprometido con seguir las políticas impositivas
del consenso de Washington en una fase más cruda, lo
que afectó paulatinamente la relación entre federación y
las entidades e hizo que apareciera la CONAGO de forma
fáctica. los gobernadores del PRI formaron esta organiza-
ción -de facto- que pudiera potenciarlos ante el ejecutivo
federal; esta sería la forma para reclamarle que a su consi-
deración debieran ser las nuevas condiciones del diálogo
y acciones del federalismo en materia de presupuestal y hacendaria. la conago elaboró demandas al gobierno federal y con el tiempo los gobernadores perredistas se fueron sumando, autoexcluyéndose los del Partido Acción ¡Nacional.
“Surge contra los cortes presupuestales a los gobiernos estatales desde 2001, dando una propuesta de reforma hacendaria redefinitoria del pacto federal. Vicente Fox no encontró apoyo en el congreso para aprobar sus medidas hacendarias (la reforma fiscal 2001), lo cual incluía al Partido Acción Nacional; y se ve obligado a recurrir a aquélla para la aprobación: es el momento en que ésta, cuenta ya con cierta legitimidad, al menos ante el poder presidencial.
“Para 2002, el Partido Revolucionario Institucional tenía ejecutivos locales en 20 estados y ello originó que los gobernadores fueran una fuerza real, aunque sin ninguna regulación legal.
“En la reunión de 2003 asistió el presidente Fox y el secretario de gobernación, abriendo la puerta a los gobernadores panistas, dándole legitimidad (que no legalidad) a la conferencia. A partir de ese momento la CONAGO se convirtió en interlocutor y un poder en sí (bizberg, 2005: 286).
“Sus intereses se fueron incrementando y ello propició una serie de reuniones donde se analizaban los pormenores sobre los nuevos nexos entre las entidades federativas y el gobierno federal, dejando evidencia de las mismas a través de una serie de declaratorias por cada evento.”
De manera muy breve esa es la historia de la CONAGO, comprensible en el marco de circunstancias de otras condiciones en el ejercicio del poder. Hoy todo es absolutamente distinto. La más reciente reunión de los gobernadores,en Tabasco, fue simplemente un coro en loa constante hacia el prsidente de la República cuyo dominio político abarca los estados antes en manos de la oposición a los gobiernos panistas.Y ese número se va a incrementar en las elecciones del año entrante.
El bloque opositor federalista, tras muchos pataleos y rabietas, ha desaparecido. La CONAGO era un grupo adverso al gobierno. Hoy, cuando los nuevos gobernadores le pertenecen, la oposiciónn desaparece automáticamente.
Antes, Omar Fayad Meneses, asumió la presidencia de la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago) e hizo el llamado a los demás estados para respaldar al presidente Andrés Manuel López Obrador
La nueva CONAGO se expresó este pasado fin de semana: diez y ocho ejecutivos estatales se adhirieron al plateamiento del presidente de la República en su choque frontal contra el Instituto Nacional Electoral con motivo de la consulta nacional sobre la revocaciòn del mandato.
C’est fini, diría al francés.