Este martes siete de diciembre, en una sencilla pero emotiva ceremonia, la rectora de la UAQ hizo entrega de la primera edición del Premio Nacional Eduardo Loarca Castillo, a las Artes y la Cultura y de la Décimo Primera edición del Premio Nacional e Internacional Hugo Gutiérrez Vega. La ceremonia estuvo presidida por la rectora de la Universidad, Dra. Teresa García Gasca, por Dr. Eduardo Núñez Rojas, la Dra. Martha Elena Soto Obregón, secretaria de educación, en Representación del Gobernador del Estado, Mauricio Kuri y los dos galardonados: el Dr. Eduardo Matos Moctezuma con el premio Hugo Gutiérrez Vega y el Mtro. Vicente Barrientos Yépez distinguido con el Premio Eduardo Loarca Castillo.
De manera simultánea se celebraban los primeros 25 años de la declaratoria de la UNESCO que encumbra a Querétaro como Patrimonio Cultural de la Humanidad. Aunque es de gran importancia esta declaratoria para nuestra querida ciudad, en esta ocasión centraré la atención en los premios que la UAQ otorgó a tan distinguidas personalidades.
En primer lugar, me dio mucha alegría encontrar al Dr. Eduardo Matos Moctezuma tan bien de salud física y mental con sus casi 81 años (11 de diciembre de 1940). Ambos coincidimos en el Consejo Directivo del CIDHEM, en Cuernavaca, en 2007-2008, con la diferencia que él es una celebridad y un orgullo nacional. Fue ahora galardonado con el Premio Nacional e Internacional Hugo Gutiérrez Vega. Felicidades Doctor. Es tan reconocido en el ámbito cultural el Dr. Matos que me quedaría corto en cualquier explicación del por qué a él dicho reconocimiento. Así que pasaré al segundo premiado.
El Premio Eduardo Loarca Castillo fue asignado al Maestro Vicente Barrientos Yépez, originario de Salamanca, Guanajuato. Aunque es menos conocido en algunos medios, no por eso es menos meritorio su galardón. Realizó estudios en Composición y Dirección en la Escuela Nacional de Música (UNAM), la “Universität Mozarteum Salzburg” y el IRCAM de Paris. Con una formación musical de primer nivel, ha estudiado con los músicos contemporáneos más importantes, como Jorge Rotter (Salzburgo, Austria), composición con: Gabriela Ortíz, Ricardo Zohn, Juan Trigos, José Luis Castillo e Ignacio Baca (México, D.F.), Marco Stroppa, Martín Matalon (París, Francia), Reinhard Febel (Salzburgo, Austria), y realizó sus estudios de Piano con Michael Walter (Austria). También ha realizado cursos y seminarios de composición con los más prestigiados compositores así como cursos de dirección con José Luis Castillo, Juan Trigos y Enrique Bátiz. Su música ha sido interpretada en los más prestigiados festivales como el International Gaudeamus Music Week (Holanda), IBLA Grand Prize (NYC-USA), “Residenzgallerie”, Komponisten Podium (Austria), Forum IRCAM (Francia), Festival Internacional Cervantino, Foro Internacional de Música Nueva (México), entre otros y por orquestas como la: Dutch Radio Kamer Orkest – RKO (Holanda y por ensambles como: Alacrán del Cántaro, Ensamble Ehecalli (México), Icarus Ensemble (Italia), Österreichisches Ensemble für Neue Musik -ÖENM, Mozarteum Salzburg Trio – Laura Schroeder, Lola Rodríguez Paredes, José Luis Rodríguez Paredes-, (Austria), Ana Cervantes (USA/México), y por él mismo en recitales de piano y con diversos ensambles dirigiendo sus propias obras.
Ha dirigido conciertos en Austria, Alemania, Argentina y México, y ha trabajado como director en diversos ensambles y ha impartido cursos de música en Querétaro, entre otros muchos lugares. Es pues, un músico en toda forma, a nivel nacional e internacional.
Es de reconocerse que el Consejo Universitario que designó a los galardonados tuvo un gran acierto. La Universidad cumple así con su deber de difundir el arte y la cultura. Además, la ceremonia tuvo también el acierto de mostrar una gran sinergia y cercanía entre la rectora Dra. Teresa García Gasca y la Secretaria de Educación del Estado, la Dra. Martha Elena Soto Obregón.
En una de las intervenciones más destacadas de la ceremonia de premiación, un familiar del Maestro Loarca, su sobrina Carolina Frías Loarca, se preguntó: ¿Quién es Eduardo Loarca Castillo? ¿Por qué lleva el premio de la Universidad Autónoma de Querétaro su nombre? Ella misma dio una excelente respuesta: A Eduardo Loarca, como a Alfonso Reyes, se le puede llamar “el queretano universal”, porque, como este gran pensador regiomontano, pensaba que lo local era la mejor síntesis de lo universal.
Y sí, Eduardo Loarca no fue sólo un compositor local, gestor cultural, cronista de nuestra ciudad, tal como lo señaló la Mtra. Carolina Frías Loarca: fue también gran negociador, eje entre el poder eclesiástico y el poder político, el escritor prolífico, el asesor y el gestor cultural y, desde lo local, trascendió a lo universal. Esto es válido, sobre todo, en dos áreas de interés muy importantes de su trabajo, la reivindicación de las Misiones de la Sierra Gorda y los trabajos históricos sobre los monumentos, casas, edificios, así como el rescate del Querétaro antiguo que condujeron a la declaración de la UNESCO para que nuestra Ciudad fuera Patrimonio Cultural de la Humanidad. De ahí la importancia de la coincidencia de los dos eventos.
La producción musical del Maestro Eduardo Loarca es de casi 300 obras de música sacra, profana y escolar. Sobresalen la musicalización del poema de López Velarde, Suave Patria, el Himno a Querétaro, el Himno a la Paz y dos misas de Réquiem, una dedicada a la muerte de su padre y la otra a la de su madre, Doña Petra Castillo.
El grueso de la obra musical del Maestro Loarca se dedica a la liturgia, es el compositor del “Aggiornamento”, es decir, la música surgida a raíz del Concilio Vaticano Segundo. Con esta música el Maestro Loarca hace honor a la lealtad que tuvo a otro gran queretano de la fe católica, Monseñor Salvador Septién, quien era admirador del Papa Pio X, autor de la encíclica Motu Proprio, que ordenaba la música sacra de la liturgia católica mundial.
En su formación, además del aprendizaje musical en la escuela del Padre Cirilo Conejo Roldán, en el Conservatorio Nacional convivió con las grandes figuras de la música mexicana y universal, como Carlos Chávez, Silvestre Revueltas, José Pablo Moncayo y Manuel M. Ponce. Éste último fue su maestro, al igual que Juan Domingo Tercero.
Es más conocida su obra en el Museo Regional de Querétaro y su obra escrita en su enorme producción editorial, su columna semanal Vértice, del periódico Noticias, así como sus programas radiofónicos en Radio UAQ, pero su obra musical, a pesar de lo religioso local, alcanza las más altas esferas del arte. No por ser música religiosa no tiene ese valor global. La buena música siempre es universal.
El próximo año, 2022, será el centenario del nacimiento del profesor Eduardo Loarca y es pertinente preparar un reconocimiento que dignifique su memoria, porque con ella nos reconocemos como queretanos, nos vemos reflejados en su propia biografía.