- Hasta el 15 el homenaje a Alfredo García
- Se reúnen líderes históricos de sindicatos
- Kuri y Dorantes instala Consejo Estatal
- Marcos Aguilar exige castigar corrupción
No pasarán.
En Querétaro, donde tenemos más de 30 ganaderías de reses bravas y una larga tradición taurina, las corridas son patrimonio cultural inmaterial (junto con la charrería) según decidieron los diputados de la 57 Legislatura del Estado el 16 de diciembre de 2012 y se publicó en la Sombra de Arteaga el 18, dos días después, hace casi nueve años.
La iniciativa -aprobada con el voto en contra del verde Yario Marina Alcocer- fue de Marco Antonio León Hernández, presidía la cámara el hoy magistrado Braulio Guerra Urbiola y gobernaba la entidad un ex forcado y ex novillero: José Calzada Rovirosa. En consecuencia, nos dijo ayer Marco, “en términos de la Constitución del Estado, el gobierno está obligado a preservar la fiesta”.
Esto viene a cuento porque a los diputados locales de la Ciudad de México les entró el apuro de prohibir la fiesta y ya lo aprobaron en comisiones, pero según fuentes enteradas será rechazada en el pleno, si es que llega.
Aquí, donde tenemos a los mejores criadores de bravo del país y a El Payo, uno de los mejores toreros de México, y todavía se quiere vender la histórica Plaza Santa María -legado de don Nicolás González Jáuregui- para hacer un centro comercial, tenemos también el bello coso de Provincia Juriquilla, construido por Juan Arturo “El Pollo” Torres Landa y sus hermanos, que hoy por hoy da los mejores carteles.
En Querétaro, desde la “Plaza Colón” que estuvo ubicada en la calle de ese nombre, junto con Hotel Impala, hasta la Santa María y la de Juriquilla, han toreado (la lista es interminable) los mejores matadores del mundo. De El Cordobés a José Tomás, pasando por Paco Camino, Manzanares, Capea, Ponce, El Juli, Castella y Morante, de los españoles, hasta El Calesero, Armillita, Manolo Martínez, Curro Rivera, Eloy Cavazos, Lomelín, los Adame, el peruano Roca Rey y por supuesto los Silveti, junto con los nuestros: Paco Gorráez, los Sanromán y El Payo, aparte de los rejoneadores Conchita Cintrón, Pablo Hermoso y Diego Ventura.
Las corridas, con 500 años de historia en México, son fuente de trabajo para miles de familias y generan derramas de millones de pesos en las temporadas de toros.
Y como ya lo comentábamos ayer, en la capital del país quieren prohibir las corridas y han legalizado el aborto. Fonseca dixit.
Así de fácil.
Así de difícil
-OÍDO EN EL 1810-
Todo un tema.
Mauricio Kuri ha dejado en claro que el Desarrollo Social será una de las principales banderas de su gobierno.
Y ayer dio un paso importante para fortalecer los programas al instalar con el titular de Sedesoq, Agustín Dorantes el Consejo Estatal Para el Desarrollo Social. Ahí se presentó estrategia de coordinación contra la pobreza extrema.
Bien.
-¡PREEEPAREN!-
Corrección.
No será hoy, sino el próximo miércoles, el homenaje al decano de los locutores Alfredo García Vargas (QEPD) luego de que el Ayuntamiento de Querétaro dio su nombre a la antigua calle Radiodifusora, paralela a Zaragoza, entre Ezequiel Montes y Ocampo.
El acto no será ahí sino en el auditorio Fernando Díaz del Centro Universitario, por razones de logística -el tráfico decembrino- y porque transmitió los últimos programas de su “Fiesta del tango y la canción” en XHUAQ.
Doy fe.
-¡AAAPUNTEN!-
Unidos.
L
a mayoría de los líderes históricos del movimiento obrero -como Ceferino Ramírez, J. Cruz Araujo, Alejandro Olvera, Miguel Rodríguez y otros- celebraron este martes el desayuno de fin de años de la Alianza Sindical de Trabajadores del Estado de Querétaro (ASTEQ) para proyectar su programa de acción del próximo año, en temas como la reforma laboral, la atención a la clase obrera y las nuevas organizaciones creadas desde el gobierno.
¡Órale!
-¡FUEGO!-
Leí ayer en Reforma:
“
La dirigencia nacional del PAN, a través de su vocero Marcos Aguilar, demandó cero tolerancia en la lucha contra la corrupción, sin importar el nivel de los funcionarios o ex funcionarios públicos. Acción Nacional exige aplicación estricta de la ley, sin importar que se afecten los intereses de la nueva élite en el poder”.
¿Y los moches, Marco?
¡Porca miseria!