Erinia. Palabra de poco uso quizá porque en estos tiempos las criaturas fantásticas como el Behemoth, el Borametz o los ya familiares quimeras, centauros y basiliscos, poco temor le causan al hombre contemporáneo, pero la conducta de algunos de estos seres fantásticos nos sirve de ejemplo para describir el comportamiento depredador, agresivo, violento u omnívoro de muchos de los humanos de hoy en día, especialmente aquellos investidos de poder, porque ya lo sabemos no hay mejor estimulante para la sevicia, la venganza o el desahogo de los complejos o la revancha contra el mundo, así el planeta no les haya hecho nada a estas personas aleves, ruines, viles, abusivas y demás, como para comportarse de la manera como lo hacen, pero antes de seguir describamos a la erinia.
No hace falta caer en los extremos de Gordon Pym y su descubrimiento austral de aquella extrañísima criatura cuya descripción ahora relato:
“…Recogimos una rama con frutos rojos, como los del espino, y el cuerpo de un animal terrestre, de conforma-ción singular. Tres pies de largo y seis pulgadas de alto tendría; las cuatro patas eran cortas y estaban guarnecidas de agudas garras de color escarlata, de una materia semejante al coral. El pelo era parejo y sedoso, perfectamente blanco. La cola era puntiaguda, como de rata, y tendría un pie y medio de longitud. La cabeza parecía de gato, con excepción de las orejas, que eran caídas, como las de un sabueso. Los dientes eran del mismo escarlata de las garra…”
Pero dejemos a Edgar Allan Poe y volvamos a las erinias, conocidas también como furias o arpías:
“…Para la Teogonía de Hesíodo, las arpías son divinidades aladas, y de larga y suelta cabellera, más veloces que los pájaros y los vientos; para el tercer libro de la Eneida, aves con cara de doncella, garras encorvadas y vientre inmundo, pálidas de hambre que no pueden saciar.
“Bajan de las montañas y mancillan las mesas de los festines. Son invulnerables y fétidas; todo lo devoran, chillando, y todo lo transforman en excrementos. Servio, comentador de Virgilio, escribe que así como Hécate es Proserpina en los infiernos, Diana en la tierra y luna en el cielo y la llaman diosa triforme, las arpías son furias en los infiernos, arpías en la tierra y demonios (dirae) en el cielo. También las confunden con las parcas.
“Por mandato divino, las arpías persiguieron a un rey de Tracia que descubrió a los hombres el porvenir o que compró la longevidad al precio de sus ojos y fue castigado por el sol, cuya obra había ultrajado…
“Arpías, en griego, significa las que raptan, las que arrebatan. Al principio, fueron divinidades del viento, como los Maruts de los Vedas, que blanden armas de oro (los rayos) y que ordeñan las nubes…”
Como se aprecia algunas de las mujeres enquistadas en el poder de la Cuarta Transformación, como por ejemplo, las señoras Álvarez-Buylla o Sanjuana Martínez, se comportan como las horrisonas erinias: todo lo transforman en excremento. Fuchi caca.
Una lo hizo con el “Nuevo Conacyt” (como le llama el señor presidente) y la otra, con la agencia estatal de información y noticias, Notimex, sumergida en una huelga sin fin, pero a pesar de todo, con el presupuesto intacto.
Intacto quiere decir, intocado. ¿Dónde estará el dinero?
Eso no lo vamos a saber si seguimos leyendo a Jorge Luis Borges y sus relatos de zoología fantástica, algunos de ellos bellamente ilustrados por Francisco Toledo.
-¿Por qué hablar de las mujeres de IV-T y su comportamiento depredadosr? Por misoginia, van a decir algunos. No, la misoginia no desvela mis afanes.
Simplemente porque sus agraviados (como los alumnos del CIDE) salen a las calles a manifestar el perjuicio de sus excesos. Como en su momento salieron los trabajadores de Notimex.
¿A poco son misóginos por protestar?