Lucero Trejo es una de las fotógrafas con propuestas creativas más atrapantes de Querétaro, gracias a sus poderosos retratos que nos remontan a la grandes obras renacentistas y barrocas. Sus imágenes, denominadas fine art, han conquistado la mirada de miles, y ahora algunas de sus piezas viajan a Italia para formar parte de una muestra en honor a Dante Alighieri.
PLAZA DE ARMAS, el periódico de Querétaro, platicó con la artista sobre su estilo e inspiración, así como la próxima exposición en Italia en la que participará con varias imágenes.
Todo comenzó en la red
La historia de Lucero se remonta a hace diez años ya, y no lo hace de la mano de una anécdota familiar en la que, por ejemplo, el abuelo le regala su primera cámara, sino más bien al inicio de las redes sociales como hoy en día las conocemos: Myspace.
“En mí, pasó por Myspace, era el top de ese tiempo, de pura coincidencia encontré un perfil de arte y me llamó mucho la atención, no recuerdo específicamente su línea, pero me llama la atención. Comencé a guardar imágenes y de repente ya tenía mi carpeta con varias fotos; un perfil me llevaba a otro. Todo se da casi por coincidencia y curiosidad”.
Al poco tiempo comienza a trabajar en una imprenta, en la cual, además de darle los recursos para comprar su primera cámara, le sirvió de aprendisaje en programas como Photoshop e Illustrator; “ya para cuando me metí a estudiar diseño gráfico, ya sabía usar perfectamente los programas a diferencia de mis compañeros”, recuerda.
El paso siguiente era claro: Comenzar a hacer fotografía a todo lo que se le pudiera. “Le hice fotos a todo lo que se te ocurra, algunas salían horribles. Fotos a mis amigos, usando edición en Photoshop, igualmente horrible, pero le experimentaba. Siempre he sido autodidacta, nunca me metí a una enseñanza formal, todo ha sido experimentar, tutoriales, prueba y error”.
El despertar de su estilo
“Me gusta el renacentismo, el barroco (…) mi estilo es fine art pictórico surrealista inspirado en el barroco y renacentismo. Me gusta que dé sensación de otro mundo, de atemporalidad”, señala.
Hoy, su estilo está bien definido y su experiencia se traduce en espectaculares fotografías dignas de ser expuestas en los mejores museos y las plataformas más reconocidas a nivel mundial, tales como Photovogue, en la cual ya tiene varias imágenes publicadas y en donde, recuerda, su primer fotografía aceptada fue como un punto de inflexión.
“Experimenté con todos los tipos de iluminación, después con colores y personas. Hay una clave que marcó mi estilo, tuve algunas unos problemas familiares y una de mis mejores amigas de dijo ‘porqué siempre creo cuando estoy feliz’, o sea porque no crear cuando estás triste o enojada. Fue ahí cuando comencé a meter otro tipo de sentimientos, no solamente cosas bonitas o felicidad, también sensaciones más profundas, traumas o cosas que te inquietan. A partir de eso viene mi primer publicación en Photovogue, que es una chica albina que está llorando, es algo que quería expresar. A partir de eso comencé a impregnar mi foto con ello, le metí un estilo diferente, algo más profundo, todos los temas que me inquietan, sentimientos arraigados, ahora ya me veo reflejada en mis fotos, son imágenes que me voy a llevar a mi tumba, es un trabajo con el cual estoy satisfecha”.
De “La casa de Jack” al Infierno de Dante
Una de sus obras más recientes es la representación de “El Infierno de Dante” a través de sus fotografías, las cuales son parte de la muestra titulada “Mosaicos para Dante”, en donde participan 140 artistas mexicanos con un total de 700 piezas. La muestra se inaugura el 3 de diciembre en la Galería Pallavicini, en Ravena, Italia, donde el autor, uno de los más grandes en la historia de Italia, pasó sus últimos 20 años de vida. Cabe destacar que la exposición, que conmemora el 700 aniversario de su natalicio, fue presentada el pasado 21 de octubre en el Sotocoro del Autitorio Divino Narciso en la Universidad del Claustro de Sor Juana, bajo la curaduría de Fernando Aroche
Bello.
Para realizar su trabajo, Lucero confiesa que una de sus fuentes de inspiración fue “La casa de Jack”, filme de Lars von Trier, particularmente la parte final de la película, y que había servido como referente para la idea original de su obra.
“En un principio quería ir a Xochimilco, y en una trajinera realizar la sesión, pero también tuve que poner los pies sobre la tierra, y al final fue un resultado increíble, parecía que todos ya se habían desnudado 20 veces antes, fue asombroso. Algo que me deja mucho es presenciar eso, las fotos quedaron hermosas, pero lo que más me llevo fue la experiencia, el vivir en carne propia eso, como personifican al Infierno de Dante”.
Cabe resaltar que Lucero solamente contaba con el modelo principal de su serie, sus “extras”, por llamarlos de alguna manera, fue gente sin experiencia previa en la fotografía de desnudo que respondió a una convocatoria en redes sociales de la propia artista.
“Ni siquiera necesitaba que fueran profesionales, solo que tuvieran mente abierta y disposición; la respuesta fue gigante. Yo sabía que quien llegara, yo lo haría funcionar, aunque la persona no supiera modelar, moverse o jamás haya hecho un desnudo. Yo voy a hacer que interactúen y pareciera que están en el infierno”.
Y agrega: “Me puse a pensar, qué pasaría si una persona va al infierno y comienza a ver almas sufriendo, personas sin ojos, a los condenados, cómo es su reacción. Mi interpretación fue desde ahí ver la reacción de piedad, miedo, asombro, de un dónde estoy, qué hacen las almas”.
La artista finaliza asegurando que a pesar de que solamente le pidieron cinco obras para la muestra, tiene material para mucho más, y que “no necesitas un gran espacio, ni un gran estudio o modelos profesionales para hacer obras hermosas, solamente darles confianza, hacer una dinámica para que entre ellos puedan interactuar; necesitas ponerle todo tu sentimiento”.