Francisco Rodríguez Aguillón, un Maestro Intachable
Nació en Querétaro el 28 de enero de 1908, y vivió por muchos años en la calle de Pasteur No. 92, norte. Sus estudios los hizo en el colegio francés. Hijo de Florencio Rodríguez Rangel nacido en Santa Rosa Jáuregui, por Jofre, siendo agricultor el señor.
Realiza su educación básica en el Colegio Francés. La educación secundaria y preparatoria en el colegio Civil del Estado. Inicia los estudios en la Carrera de Licenciado en la Escuela de Leyes del Colegio Civil; pero al cerrar la misma, se traslada a la Ciudad de México para concluirla en la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad Nacional Autónoma de México, en donde presenta el examen profesional el 22 de julio de 1932 con los licenciados Ricardo Cortés, Adolfo Valles, J. Jesús Zavala, Agustín García López y José Rivera Pérez Campos como sinodales, quienes aprobaron por unanimidad de votos.
Todas las facetas del profesional en Derecho fueron ejercidas por el Lic. Rodríguez Aguillón:
En la función pública se desempeñó como Magistrado del H. Tribunal Superior de Justicia del Estado de Aguascalientes, de 1933 a 1935, mismo cargo que ejerció en nuestro Estado en los periodos gubernamentales de los gobernadores, Ramón Rodríguez Familiar, Agapito Pozo Balbás, Manuel González de Cosío y Juventino Castro Sánchez.
El gobernador Dr. y Gral. Octavio S. Mondragón lo nombró Secretario General de Gobierno.
También se desempeñó como Magistrado del Tribunal Fiscal del estado en el gobierno del Arq. Antonio Calzada Urquiza.
En la docencia, se distinguió por su acuciosidad para enseñar y por la dureza de sus evaluaciones; impartió las materias de Matemáticas y Latín, en la escuela secundaria y preparatoria del Colegio Civil, después Universidad Autónoma de Querétaro.
Maestro a cargo de las cátedras de Lógica y Ética en la Escuela Normal de Estado “Andrés Balvanera”.
Titular de las cátedras de Derecho Fiscal en la escuela de Contabilidad y Administración en la Universidad Autónoma de Querétaro, y de Derecho Administrativo en la Escuela de Leyes del Antiguo Colegio Civil y posteriormente en la Escuela de Derecho de la Universidad Autónoma de Querétaro. El maestro Lic. Fernando Díaz Ramírez decía que el maestro Rodríguez Aguillón “se sabía el texto de Derecho Administrativo mejor que su autor, el señor Lic. Gabino Fraga”.
Su amplísima preparación en la ciencia jurídica y el desempeño al mismo tiempo de la Secretaría General de Gobierno con el Gobernador Dr. y Gral. Octavio S. Modragón, determinaron su indispensable participación en la modernización de la legislación queretana, en especial en los nuevos Código Civil y Código de Procedimientos Civiles, los cuales iniciaron su vigencia en la década de los años 50s. De la Ley de Expropiación en 1950, de la Ley 29 de Notariado de 1953, del Código Fiscal del Estado en diciembre de 1963 y de la Ley del Tribunal de lo Contencioso Administrativo del 23 de Diciembre de 1985, entre muchas otras.
Reconocido como uno de los mejores abogados en Querétaro, practicó y aplicó el Derecho en todas sus ramas.
El área jurídica que más le apasionó fue el Derecho Administrativo, y sobre todo la cuestión fiscal y manejó todo lo relacionado con lo notarial.
Fue maestro de la UAQ por más de 35 años igual que en la Normal. Después de ese tiempo ya no quiso dar más clases, ya que le gustaba darle su tiempo a cada cosa, además que tenía muchas responsabilidades a su cargo, y así fue dejando ciertas cosas.
La función notarial la inició a partir del mes de julio de 1955 como titular de la Notaría Número 9 del Distrito Judicial de Querétaro.
En honor del señor Lic. Y Notario Francisco Rodríguez Aguillón, el Consejo de Notarios de Querétaro ha establecido un reconocimiento con su nombre para quienes han ejercido la función notarial por más de 30 años.
Su mayor afición era de leer, sobre todo de Derecho y novelas, compraba las colecciones de Selecciones del Readers Digest.
La música que más le gustaba era la dede Agustín Lara, pero sus canciones preferidas eran “Hay unos ojos”,” Palmeras” y “Chacha linda”.
Se casó el 15 de septiembre de 1934 en la Catedral de Aguascalientes con María del Refugio Salado Santoyo, procreando tres hijos: Florencia Aurora (abogada), Martha Carolina (contadora) y Francisco Jesús (médico militar). Muy exigente, pero también un maravilloso papá, muy tierno y cariñoso; también fue maestro de su hija Florencia y era muy exigente. Pero los tres hijos eran sus consentidos, no se diga con los nietos.
Le gustaban mucho las Matemáticas, después estudió Medicina, tuvo un problema de infección y se cambió de carrera y ya por último estudio para abogado, todas sus carreras las hizo en la UNAM. Pérez Campos fue uno de sus grandes maestro. Alejandro Esquivel fue uno de sus alumnos consentidos, al igual que Manuel Suárez.
Físicamente era morenito claro, estatura media 1.70, pelo obscuro, esbelto, le encantaba caminar y jugar tenis en la cancha de Colón con Constituyentes; Alberto Fernández Riveroll y Chucho de la Isla eran sus compañeros de juego de tenis.
Sus mejores amigos fueron Alberto Macedo Rivas, Manuel Montes Collantes, Huerta Romo, Estrada de la Vega, Luis Carlos Pérez, Dr. Mondragón, Dr. Miguel Macedo, Dr. Felipe Núñez, Rafael Altamirano Herrera, Ignacio Lomelí Jáuregui de Aguascalientes, dueño del diario Amanecer; con éste fué compañero de carrera; al término de la misma se fueron a Aguascalientes y por eso conoció a la que sería su esposa, ella estaba postulada para ser reina de la feria de San Marcos, dando la vuelta en el centro la ve en foto y dice: “con esta personita me caso”
No tenía comida predilecta, comía de todo, de muy buen comer y ordenado. Pese que tenía una familia de grandes antojos.
Le gustaba a viajar, siempre y que fuera su país, no le interesaba conocer ningún otro lado que no fuera aquí, le gustaba el mar. Nunca viajó fuera de México.
Vivieron en Aguascalientes en la calle de Nieto No. 2, Centro cuando se casó y luego se trasladó a Querétaro viviendo la calle de Río de la Loza norte No. 1 hasta que en 1985 se cambiaron a Pedro de Gante No, 17, Cimatario.
Iba mucho al Club Campestre, al vapor, ya no hacía ejercicio, había un grupo de señores entre ellos Pancho que llegaba a las 6 de la mañana, platicaban, se metían al vapor y ya luego se retiraban a sus actividades.
En materia de gobernadores con el Dr. Mondragón se llevaba muy bien pues eran grandes amigos y Mariano Palacios lo quería muchísimo.
Murió en el Sanatorio Núñez Lara el 2 de enero de 1986, fue en el Rayo su funeral, en época de Mariano Palacios Alcocer como gobernador. Tres años después falleció su esposa.
Con sus nietos fue cariñoso, atento a lo que quisieran, toda su atención, los escuchaba, los llevaba a su rancho “Los Panchos” que tenía delante de Juriquilla y decía que ese era para sus nietos para que jugaran y disfrutaran de la naturaleza. Los dejaba participar en sus cosas.
Sus alumnos todavía recuerdan los menos cero, menos uno, menos dos, menos tres, menos cuatro, menos cinco etcétera que les imponía por no estudiar lo suficiente.