Recuerdo que cuando Luis Echeverría rindió su tercer informe de gobierno, todavía en la vieja casona de Donceles, el ambiente era de apoteosis y celebración.
Para los convocados se habrían cumplido dos promesas echeverrísitas: La “Apertura Democrática” y la recuperación de la estabilidad económica y política.
A pesar de la apoteosis que se enseñoreaba en el viejo recinto de Donceles, los invitados especiales, los que no eran parte de la corte de Luis Echeverría, dudaban, con razón, de que esas ofertas políticas de cambio fueran realidades.
A Luis Echeverría lo cobijaba la bufalada priísta.
En este anticlimático primero de septiembre del 2021, al presidente López Obrador lo están dejando solo tanto los intereses políticos de sus “seguidores”, así como la desconfianza de los sectores sociales y productivos que siguen pensando que la catástrofe económica que vivimos sea culpa de la Pandemia.
Esos sectores, sociales y productivos, piensan y con razón que vivimos un gobierno de ocurrencias, de obsesiones y de animadversiones del presidente tanto con empresarios como con medios de comunicación e intelectuales.
Luis Echeverría apoteótico; López Portillo poseído de delirios de un nacionalismo campechano; Miguel de la Madrid sin emociones; Carlos Salinas buscando su legitimación y Ernesto Zedillo sin superar sus rencores contra el sistema que lo llevó al poder.
Los sexenios de Vicente Fox y de Felipe Calderón fueron matizados con informes de gobierno producidos por Tlevisa y los productores de Estados Unidos que contrataron sus más cercanos colaboradores.
Fox y Calderón solamente hablaron en sus informes de que estaban en el poder gracias a la democracia, la cual es una afirmación totalmente falsa, y nunca se refirieron a las premuras que tenía el país.
López Obrador llega, tristemente, a su tercer informe con un partido que formó en pleno proceso de descomposición.
Con un equipo de colaboradores enfrentados cruentamente entre sí. Y cargando con la pesada condena de no haber cumplido su promesa fundamental: terminar con la corrupción.
Veremos un Tercer Informe de gobierno de AMLO lleno de retóricas, de amenazas y de justificaciones.
Pero no habría porqué esperar más.
La corrupción de priístas y panistas lo llevó a ganarse la esperanza de cambio de los ciudadanos.
La obtuvo en la votación abrumadora a su favor en el 2018.
Pero tres años después, el escenario es más que desalentador, es sencillamente escalofriante.
EN TIEMPO REAL.
1.- Los portales del medio digital de Quintana Roo que tratan de impulsar la candidatura por el PVEM de Remberto Estrada Barba, la verdad que no tienen la menor penetración. Sigue siendo amplia favorita Mara Lezama.
2.- En Guanajuato ni caso le hacen a los mensajes de AMLO sobre la ineficiencia del fiscal Zamarripa. El gobernador Diego Sinhué Rodríguez tan campante.
3.- Quien está convirtiéndose en la voz más escuchada de la coalición legislativa Vamos Por México, es el dirigente nacional Perredista Jesús Zambrano Grijalva. Marko Cortés metido en su reelección y Alito en su lucha contra los Murat, que lo quieren todo.