En su excepcional libro de cuentos “El Diosero”, Francisco Rojas González, narra lo que llama: “La parábola del joven tuerto”. Las recientes declaraciones del Presidente López Obrador sobre los resultados de la consulta, me hicieron recordar el mensaje de obscuro optimismo de la parábola. Un adolescente le falta la visión en un ojo, lo que es motivo de burla por parte de sus compañeros que le gritan al paso: “Uno, dos, tres..tuerto es”. Su madre se compadece y decide llevarlo a las fiestas de la Virgen de San Juan de los Lagos para que le dé fuerza anímica ante los burlones. Al llegar a la fiesta un cohetón le explota al muchacho en la pupila sana. El adolescente llora y maldice suerte, pero su madre lo consuela: “La Virgen nos hizo el milagro. No nos lo podía negar. Bendita sea. Ya no te dirán el tuerto”. En fin, mientras la mayoría de los analistas afirman que apenas el siete por ciento de participación de los electores, sumando los votos de los ya fallecidos, los acarreados y el relleno de urnas, es un absoluto fracaso político, el Presidente, al contrario, lo considera un gran éxito; un triunfo de su convocatoria. Nos recuerda que cuando todos los países del mundo al aparecer el Covid-19, lo juzgaban como unan gran tragedia mundial, el Presidente ponderaba que el virus nos había caído: “Como anillo al dedo”. Cuestión de enfoques, estemos preparados, es posible que el Señor Presidente pronto va a tratar de convencernos de que los más de doscientos mil muertos por la pandemia es algo extraordinario, casi resultado de la intercesión de la Virgen de San Juan de los Lagos. Nos ha ayudado a resolver el problema demográfico que ya representaba tanta gente de la tercera edad, ya no les diremos “Los achacosos” sino “Los Difuntitos”. ¡Milagro! La ideología de la 4T se alimenta de chistes crueles, Las Mañaneras deben cambiarse al horario televisivo de las barras del humor, del humor negro, por supuesto.