Tal vez escribir sobre esta noticia me cause más náuseas que la noticia misma. ¿De qué se trata? ¿Ir a pedirle a un intervencionista que intervenga en México? ¿Cuáles pueden ser las razones para que un gobernador, que está por entregar el gobierno a un sucesor que no es de su agrado, acuda a pedir que salve a México, a un enemigo declarado del actual gobierno? No cabe duda que la ignorancia es muy atrevida. Silvano da muestra de su desconocimiento, de su pequeñez y de su escaso amor a México. De pena ajena.
En la carta que Silvano Aureoles entregó al Secretario General de la OEA, Luis Almagro, cuyo segundo apellido es Lemes, no Lames, acusa a la estrategia del gobierno federal contra el crimen organizado, de “permisiva y omisa ante la violencia criminal, que ha causado 90 mil muertes violentas en 31 meses del actual gobierno” y una de las consecuencias graves ha sido la participación del crimen organizado en las pasadas elecciones del 6 de junio. Manifiesta temor del “riesgo de que la elección presidencial de 2024 sea hecha por el narco, lo que llevaría a México a convertirse en un narcoestado”. Conclusiones dolosas e irresponsables.
Sigue manifestando su precario conocimiento de la política internacional, aduciendo que, “dado el peso de México en su posición entre Sudamérica y Norteamérica”…“Hace que la crisis de inseguridad en México sea un tema prioritario de la agenda internacional”. Concluye afirmando: “Evitemos que un mayor número de muertes en el país por la inseguridad… es urgente la intervención de la OEA…” Le entrega excusas al intervencionista para que se meta en México. Pues la OEA es el instrumento multilateral de la política exterior estadounidense. Así lo dice la historia de este organismo, por ello, ahora, México está pidiendo su desaparición.
El 29 de junio, Silvano Aureoles asistió a Palacio Nacional para entregar al presidente las “pruebas” sobre la presunta intervención del crimen organizado en el proceso electoral en la entidad, sin embargo, no lo recibió AMLO, este hecho le creó una frustración inaguantable, porque estaba desesperado de adquirir notoriedad mediática, al perder la elección en Michoacán. Por eso acude a la OEA, al igual que Ernesto Muyshondt, acusado y con procesos penales en El Salvador, nombrado como asesor por Almagro, por lo que el presidente Nayib Bukele, acusó al secretario general de la OEA, Luis Almagro, de promover la impunidad.
El presidente López Obrador argumentó que no recibirá a Silvano Aureoles ya que, al tratarse de un tema electoral, él debería presentar las evidencias que dice tener ante el Instituto Nacional Electoral (INE), el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) o ante la Fiscalía Especializada en Delitos Electorales (Fepade), cosa que nunca hizo.
¿Quién es Luis Almagro Lemes? Es uruguayo, fue ministro de Relaciones Internacionales del gran Pepe Mújica, pero éste se refiere a él como traidor, le reprocha las intervenciones de la OEA en Venezuela, Cuba y Bolivia. Le recuerda la historia de las intervenciones de parte de Estados Unidos, principalmente en México. En una carta del 18 de nov. de 2015, le decía: “Sabes que respaldé tu candidatura a la OEA, pero los hechos reiterados me demuestran que estaba equivocado. No puedo comprender tu silencio sobre Haití, Guatemala, Asunción, al mismo tiempo que publicas cartas de respuesta a Venezuela, entiendo que sin decírmelo me dijiste adiós…”. Se ha plegado totalmente a los intereses de Estados Unidos. En Caracas en 2013 se había referido con una gran admiración a Chávez, cosa que olvidó por completo una vez en la OEA.
Continúa Pepe Mujica: “En vez de construir puentes para que Venezuela construyera sus problemas con autodeterminación, favoreciste los intereses norteamericanos, sedientos de petróleo”. Le reclama acremente su intervención en Venezuela y lamenta el rumbo que tomó Almagro. Se despide de él por la vergüenza de su actuación.
Es claro el alejamiento de Almagro de cualquier idea de autodeterminación y de libertad de los pueblos. Pasó de ser el canciller de José Mujica, de izquierda, a convertirse en un lacayo de Estados Unidos, a convertirse en un instrumento de los gobiernos más reaccionarios de la región. Después de declarar en Cuba en 2015: “Viva la Revolución”, a pasar, en 2017, a ataques virulentos contra Cuba. Pasó de ser un abogado mediocre a un internacionalista frustrado. Aquí es donde conecta con Silvano Aureoles, frustrado por su propia mediocridad.
El papel de Almagro en Bolivia puede ser calificado de criminal. Propició el golpe de estado y apoyó a la presidenta golpista en la represión en contra del pueblo provocando numerosas muertes. Todo lo que en América Latina le huela a izquierda, lo ataca violentamente, sin cuidar la diplomacia, ni respetar las reglas de la propia OEA. Ésta ha sido una de las principales acusaciones que le ha formulado Marcelo Ebrard a Almagro, toma decisiones sin consultar a los demás miembros, como lo instruye la Carta de la OEA. Organismo que en el más reciente discurso de López Obrador califica de inútil, que debe ser sustituido. Es el enemigo externo número uno de la actual administración de López Obrador.
Pues Aureoles acudió a ver a Almagro, no a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, su queja es política, no jurídica. Pero se ha equivocado de puerta. En lugar de buscar justicia, busca a quien puede dañar a México, a desprestigiar a nuestro país, eso es lo indignante de su carta. Es como aquéllos traidores que le pedían al General Scott que se quedara el ejército estadounidense, cuando la guerra de 1848 en que perdimos la mitad de nuestro territorio. Le pide que intervenga en México, porque él está convencido que el narco ha intervenido en la política electoral. Claro que él lo conoce muy bien, pues propició esa intervención en su propio estado y ahora, al salir, será investigado. Lo que intenta es vender caro su encarcelamiento.
¿Por qué calla el PRD? ¿Están de acuerdo? Lo cierto es que Aureoles no es de izquierda, ni está libre de pecado en lo que se refiere a corrupción y narcotráfico. Lo veremos con toda claridad en cuanto entregue el gobierno. Buscar chamba con Almagro le daría inmunidad diplomática para no ir a la cárcel. Falta que no lo traicione el traidor. Dos traidores se repelen mutuamente.