Se debate en escala global sobre la pertinencia de incluir la sostenibilidad como parte del corazón de la empresa, pero ante la situación actual, los informes de muchos organismos internacionales, la generación de documentos científicos y la exigencia de la sociedad, en el sentido de que la dirección que se ha mantenido para soportar el crecimiento económico no es la dirección estratégica para revertir los procesos negativos ambientales y mucho menos para lograr la sostenibilidad del planeta y en ello, va la salud pública de los humanos.
Así las cosas los negocios voltean más hacia la sostenibilidad, para incorporarla financieramente, como normas de calidad, como parte de su responsabilidad social y sobre todo, para lograr mantener su competitividad y no desaparecer en el futuro mediato.
Varias empresas de consultoría han dado a conocer su perspectiva ambiental en los negocios y mercados, coincidiendo que la mayoría, en lo inmediato, logran vislumbrarlo, pero no canalizan recursos económicos, no inician un proceso de estructuración con ese enfoque o elaboran programas de sostenibilidad. Pero un menor número de negocios, ya dieron esos pasos y con ello, generan ventajas competitivas para el futuro próximo.
Asimismo, uno puede revisar la web y encontrar una gran cantidad de cursos, diplomados y maestrías en el campo de negocios y la sostenibilidad.
Sin duda, la presión mundial económica por parte de la banca comercial, fondos de inversión, financiamientos gubernamentales, relaciones comprador-proveedor, los consumidores y el propio mercado, además de lo social, de ONGs, comunidades locales y ciudadanía en general, y aunado a lo anterior, los informes de organismos internacionales y las regulaciones que están diseñando e instrumentando los gobiernos nacionales y subnacionales.
Los temas decisivos que están en las agendas de las empresas, son cambio climático y la conservación de la biodiversidad, no obstante, lo preocupante para los negocios, son el abastecimiento de agua y energía para sostener su ritmo de producción y ventas.
Bajo todo este panorama, las empresas se preocupan por tener una buena imagen y reputación, y convertir estos aspectos en un elemento diferenciador de su competencia.
De seguro, vendrán y estarán a la orden del día, los estudios de ciclo de vida, de manejo de residuos, bajas emisiones de carbono y la protección a los ecosistemas naturales. Y en paralelo, los sellos verdes o certificación serán un instrumento valioso.
¿Quiénes quedarán al final?, hoy va depender de la estrategia ambiental o ecológica que diseñen y adapten las empresas para el futuro que se avecina.