PLAZA DE ARMAS rinde homenaje a su colaborador fundador y cronista de Querétaro Andrés Garrido del Toral (+) recuperando sus trabajos publicados aquí.
Con el perdón de los cronistas que-retanos, incluyendo a los del si-glo XVIII y XIX, haré una serie de conclusiones sobre los mitos fundacionales de mi ciudad San-tiago de Querétaro aunque pue-da parecer herético o arrogante. A diferencia de mis antecesores me ha tocado la fortuna de una serie de descubrimientos que his-toriadores recientes han hecho sobre el tema y es más fácil lle-gar a la verdad científica. Agra-dezco las aportaciones de talen-tosos investigadores como Juan Ricardo Jiménez Gómez, David Wright, Ignacio Urquiola Permi-sán, Lourdes Somohano, Anto-nio Rubial García, Mina Ramírez Montes y Martha García Ugarte, que nos han permitido asomar-nos con mayor en nuestro pasa-do para entender este loco y nu-blado presente.
1.- En lo que hoy es la zo-na de la ciudad de Santiago de Querétaro no había asentamien-tos prehispánicos y los que exis-tían en las cercanías se ubicaban en lo que hoy es La Cañada y la zo-na de El Pueblito. Antes del con-tacto con los europeos, la zona geográfica que luego fue el pue-blo de indios de Querétaro, fue tierra de chichimecos. El pueblo de Querétaro no existía antes de la llegada del hombre blanco, fue después un asentamiento nuevo por traslado del lugar primitivo llamado Tlachco o Andamaxei (La Cañada), donde habitaban en cuevas chichimecas, lugar en el que se avecindó Conni y sus fa-miliares otomíes provenientes de Xilotepec. Dice Juan Ricardo Ji-ménez que allí permanecieron sin contacto con españoles cuan-do menos cinco años.
2.- No hubo batalla funda-cional como la inventada por los cronistas franciscanos del siglo XVIII, quienes con sus maravi-llosas crónicas buscaban dos ob-jetivos: a) Evitar la destrucción del convento y templo de La Cruz por haberse construido éstos sin el permiso del Regio Patronato, relatando los milagros de la Santa Cruz allí custodiada y resaltando la importancia de los padres cru-cíferos franciscanos en la funda-ción del pueblo de Querétaro; b) Colaborar con los descendientes de Nicolás de San Luis Montañéz en aumentar los méritos de este cacique para así lograr mayores beneficios de la Corona española.
3.- En el proceso de civiliza-ción de esta zona geográfica no hubo conquista para instalar el dominio español, antes bien, hu-bo una aceptación pacífica del nuevo gobierno real y de la reli-gión católica, además del doloro-so reconocimiento de tributar a favor de la Corona hispana. En la Sierra Gorda sí hubo lucha por la conquista de ese territorio.
4.- Los primeros frailes que predicaron y evangelizaron en es-ta zona de la ciudad de Santiago de Querétaro fueron los francis-canos de la custodia de Michoa-cán y no los del señorío de México, asentados en la Alcaldía Mayor de Huichapan-Xilotepec. Confor-me a este argumento, puedo de-cir que no hay evidencia de que el guardián del convento francisca-no de Jilotepec, Alonso de Ran-gel, haya estado en Querétaro, y tampoco lo relativo a fray Jacobo de Dacia, cuya temporalidad y es-pacio en Nueva España no coinci-de con la primera evangelización de Querétaro. El que esté la esta-tua de Jacobo Daciano en la pla-za de los Fundadores en el barrio de La Cruz es por una sugerencia romántica del profesor Eduardo Loarca Castillo a su primo el go-bernador Rafael Camacho Guz-mán con motivo de los 450 años de la fundación queretana.
5.- Los primeros españoles que arribaron a la región quere-tana en plan de exploración y po-sesión provenían eran de la tropa de Nuño de Guzmán, gobernador de Guadalajara, y fueron éstos sus primeros encomenderos prove-nientes de Acámbaro, que esta-ba sujeto a la Perla de occidente.
6.- El primer europeo al que se sometió Conni fue Hernán Pé-rez de Bocanegra, quien llegó a La Cañada para convencer a Conni de someterse a la Corona españo-la. Ahí recibió aquél su bautizo y cambió su nombre prístino por el de Fernando de Tapia.
7.- El pueblo de indios de Querétaro quedó sujeto depen-diente de la cabecera de Xilotepec en cuanto al gobierno indígena, la que dependía a su vez del Reino de México. El Consejo de Indias fue el órgano de la Corona que decidió tal cuestión, la que duró hasta 1631, a pesar de la oposición de Fernando de Tapia, mismo que murió en 1570 y que se creó la Al-caldía Mayor de Querétaro con ayuntamiento español, teniendo jurisdicción sobre los pueblos de Amealco, Huimilpan, San Juan del Río, Tequisquiapan, La Ca-ñada, San Francisco Tolimanejo (Colón) y Tolimán.
8.- Nicolás de San Luis Mon-tañéz, presunto tío de Fernando de Tapia, sí tuvo que ver con la posesión de pueblos como Hui-milpan, Acámbaro, los Apaseos y Silao, pero en Querétaro no tu-vo mayor importancia, resultan-do Fernando de tapia bde mayor estatura histórica que aquel por su obra fundacional y civilizato-ria, que llevó a cabo en los mo-mentos constitutivos de la nueva sociedad novohispana, siendo un dirigente político que batalló to-da su gestión por la independen-cia política de Querétaro respecto a Jilotepec, sufriendo inclusive la deposición en su cargo de Gober-nador de Querétaro por un juicio de residencia que le encauzaron sus enemigos políticos de Xilote-pec y caciques de la región de El Pueblito que se sintieron despo-jados por Conni al repartir éste las mejores tierras propiedad de aquéllos a favor de los otomíes ve-nidos de fuera.
Estas conclusiones tan fuer-tes no deben causarnos espanto ni debemos borrar nuestras fiestas tradicionales, porque aún con la verdad histórica a flor de piel, las costumbres y tradiciones que nos legaron nuestros ancestros son un patrimonio intangible que debe ser conservado para crear y for-talecer el tejido social tan necesa-rio en estos tiempos de hombres y mujeres de ninguna parte, que requieren de identidad. Les ven-do un puerco tradicional.