Ante el inminente regreso a clases presenciales el próximo 30 de agosto en Querétaro, el presidente del Colegio de Médicos del Estado, José Ramón Rivera Ruiz, consideró que sería un riesgo y poco viable el que los menores acudan a las escuelas.
El médico líder del gremio enfatizó que el que los niños y niñas se trasladen a las aulas y convivan con otros niños o maestros puede ser un foco de contagio de la pandemia por COVID-19 al interior de las familias.
“Como presidente del Colegio de Querétaro, yo creo que no deberíamos de regresar. Creo que debería de analizarse muy bien. Esto implica un riesgo para la población infantil y para las familias. La población infantil puede ser portadora y transmisora; es un riesgo mucho muy importante”.
Y es que el propio gobernador del estado, Francisco Domínguez Servién, informó que en los últimos días se han registrado ya seis casos de contagio en menores de edad.
Al respecto, Ramón Rivera aseguró que esto es resultado de la relajación de las medidas sanitarias, y del reinicio de actividades que los queretanos ejercen en una realidad “seminormal”; lo cual ha derivado en el incremento de los índices de contagio.
“Yo creo que ahorita ha contribuido la relajación en las medidas, que se ha retornado a una vida ‘seminormal’, y el incremento en reuniones, en centros comerciales. Es una mezcla de que nos estamos relajando y el virus está haciendo su trabajo, de mutar para subsistir”.
Dadas estas condiciones, el presidente del Colegio Médico resaltó que es conveniente que las autoridades educativas esperen de 5 a 6 meses más para reactivar las clases presenciales; pues subrayó que aún falta población por vacunar; e incluso reconoció que las vacunas no darían certeza sobre la reducción de los contagios, si se relajan los protocolos de higiene y sanidad.
Además, Rivera Ruiz consideró que por la naturaleza de los menores, las escuelas no podrían garantizar todo el tiempo aspectos como el uso del cubrebocas, el respeto a la sana distancia y la aplicación del gel antibacterial; o prohibirles a los niños que convivan con otros niños.
“De lo que se trata es de separarnos lo mayor posible; el distanciamiento. El hecho de garantizar en la escuela que no jueguen, que no convivan, mientras menor edad tengan es más difícil y eso hay que entenderlo. Es complicado hacerle consciencia a un niño de lo que estamos hablando”.