La artrosis es una enfermedad degenerativa crónica que destruye los cartílagos que cubren los extremos de los huesos y posibilitan la adecuada articulación entre ellos, y los tejidos circundantes. Suele desarrollarse a partir de los 40 años de edad y afecta en distinta medida a casi todas las personas que superan los 80 años.
El desgaste articular supone una limitación funcional, ya que dificulta el movimiento y produce un alto nivel de dolor. Según Ricardo Rivas Meléndez, Coordinador del Módulo de Ortopedia del XXII Congreso Internacional de Avances en Medicina, el 10% de los mexicanos mayores de 45 años de edad padecen artrosis.
¿Cuáles son los factores de riesgo de la artrosis?
El desgaste articular puede originarse por múltiples causas, principalmente aquellas que perjudiquen la salud muscular. Entre ellas se destacan la debilidad muscular, la mala postura, la obesidad, la falta de ejercicio físico, las fracturas y los traumatismos sobre la articulación o próximos a ella, la edad y la práctica de deportes de alto impacto.
Si bien la artrosis no es hereditaria, las personas con antecedentes familiares de la enfermedad son más propensas a padecerla. El desgaste articular también puede surgir como manifestación de otra afección subyacente, como la diabetes mellitus, la hemocromatosis, la gota o la displasia ósea.
¿Cuáles son los síntomas de la artrosis?
Las personas que padecen artrosis experimentan rigidez articular al levantarse de la cama. Adicionalmente, sienten profundo dolor al extender o flexionar las articulaciones, al efectuar movimientos cotidianos tales como subir escaleras y al iniciar rutinas de ejercicio físico.
Por otro lado, es común escuchar sonidos fuertes o chasquidos al mover las articulaciones súbitamente. Al avanzar la enfermedad, el roce entre los huesos también puede generar deformidades articulares.
¿En qué articulaciones suele aparecer la artrosis?
La artrosis se puede presentar en cualquier articulación. Si bien las más comunes son la artrosis de cadera y rodilla, también es muy frecuente el desgaste articular en los hombros, los dedos de las manos y los pies, y la columna vertebral.
¿Cómo se diagnostica la artrosis?
La artrosis se diagnostica constatando la aparición de los síntomas mencionados, mediante la exploración física y con el análisis de pruebas radiográficas. En estos estudios se suelen observar quistes, osteofitos marginales, u otro tipo de anormalidades en el contorno óseo; junto con un estrechamiento de la cavidad articular.
¿Cómo se cura la artrosis?
No existe ningún tipo de medicamento capaz de reconstruir el cartílago articular. Por lo tanto, actualmente la artrosis no tiene cura. Sin embargo, hay una gran variedad de tratamientos que alivian el dolor y mejoran el funcionamiento de las articulaciones afectadas.
Bálsamos
La aplicación de bálsamos como el flekosteel sirve para aliviar el dolor articular sin ningún tipo de efecto secundario. Este producto contiene sustancias medicinales naturales que actúan rápidamente sobre el área afectada y eliminan el malestar en pocos minutos.
Ejercicio físico
El ejercicio físico aeróbico moderado fortalece los músculos y mantiene las articulaciones en movimiento, sin forzarlas. Se sugiere caminar una hora diaria con un calzado adecuado, realizar estiramientos, hacer un par de horas de natación semanales y concurrir a sesiones de fisioterapia.
Tratamiento farmacológico
Los especialistas suelen prescribir paracetamol y antiinflamatorios no esteroideos, pero algunos casos requieren analgésicos más fuertes como el tramadol y la aplicación de ácido hialurónico o corticoides intraarticulares. Es necesario consultar al médico antes de consumir cualquier tipo de medicamento.
Ergonomía
Las personas con artrosis deben dormir en colchones firmes, utilizar sillas altas con respaldos rectos y adelantar el asiento de su vehículo para mantener una postura adecuada. También es recomendable usar un elevador de asiento en el cuarto de baño para evitar forzar la articulación al levantarse.
Termoterapia
Las almohadillas térmicas son útiles para reducir el dolor localizado. Se pueden reemplazar por una toalla húmeda tibia. Se tienen que usar solo unos minutos y en ambos casos se debe tener extrema precaución para evitar quemaduras. Aunque parezca contradictorio, en episodios agudos de dolor se aconseja aplicar frío para adormecer la articulación temporalmente.
Uso de instrumentos de apoyo
Si la artrosis se presenta en los miembros inferiores se puede recurrir al uso de muletas, bastones o andadores. En caso de presentarse en los miembros superiores, se sugiere el uso de soportes elásticos que brindan contención a la articulación afectada sin obstaculizar su movimiento.
Cirugía
Cuando la artrosis ha avanzado demasiado y los demás tratamientos no han sido lo suficientemente efectivos como para aliviar significativamente el dolor o mejorar el movimiento, es necesario efectuar un procedimiento quirúrgico. En la cirugía el médico reemplaza la articulación por una prótesis.
Esta opción es recomendable solo en casos extremos y para personas de edad avanzada, ya que las prótesis deben reemplazarse con el paso del tiempo. Se aconseja a las personas jóvenes postergar la cirugía el máximo tiempo posible, porque de otro modo deberían someterse a repetidas intervenciones a lo largo de sus vidas para sustituir las prótesis.