Ofrecimiento de dinero es el ruego, la oferta, la molestia que infringen los terroristas del agio al acorralado ciudadano. Lo hacen porque tienen la certeza de que la mayoría lo necesita, lo quiere o lo anhela, lo hacen porque otra parte del mecanismo de mercadotecnia implantado exitosamente está enfocado en convencerlo de que merece todo, bien sea porque es madre, padre, esposa, esposo, clasemediero, feo, guapo, inteligente o zonzo, joven o niño o anciano, sano o enfermo, cualquier situación es explotable conforme a los intereses de los prestamistas que buscan a su cliente mediante todas las formas electrónicas posibles o en persona; lo hacen también porque no hay autoridad que se los impida.
Para tener un ejemplo actual de la rapiña bancaria veamos el ofrecimiento virtual de un préstamo de $197,018.oo pesos a pagar en 48 meses con mensualidades de $10,250.oo, resultando en que la cantidad por pagar es de $492,000.oo es decir, los intereses o ganancia, solamente la ganancia de estos agiotistas es de $294,982.oo en este caso, casi el cincuenta por ciento de lo que prestaron.
La CONDUSEF, aparte de dejar que sus siglas se utilicen para avalar a prestamistas en consultas virtuales, no sirve para más. Como ya he comentado, a través de teléfono te agarran de buenas o malas, pero te encajan la perorata del ofrecimiento. Las bandejas de correos electrónicos todos los días se desbordan de más ofrecimientos de dinero, igual que en el servicio de mensajería telefónica. Al hacer uso de los cajeros bancarios hay que ponerse abusado porque con un toquecito de más, o equivocado, ya estuvo que le encajaron al apurado o distraído usuario una lana, principio del viacrucis que le espera aun si quiere cancelar el equívoco.
Las deudas son hoy uno de los mayores problemas de las clases medias, de las altas y de los pobres también. A unos les embargan el auto, la casa o las joyas y a otros les embargan la televisión, el aparador de los trastes, las bocinas y hasta la carriola del niño. Porque también los pobres piden prestado. Para ellos se oferta el dinero mediante papelitos pegados en los postes, en tandas, a través de algún o alguna vecina, regularmente más desesperada económicamente, a quien le ofrecen comisión por encajarles “financiamientos” les llaman, quizá para evadir a la inútil CONDUSEF que ni se entera. Y ahí está la vecina empecinada tocando puertas ofreciendo “financiamientos” porque debe reunir a 10 o 15 personas para que les presten, así pues, las más necesitadas apuran a otras a que tomen el dinero.
En el “face” alguien sin nombre ni domicilio, ofrece préstamos. Por ejemplo, el que acepta Seis mil pesos, pagará Nueve mil quinientos, es decir, Tres mil quinientos de ganancia para el prestamista en dos meses. Grave, muy grave es que abunden los prestamistas, de ventanilla, de “face”, de puerta en puerta o de papelito y que no haya autoridad que impida el abuso, el agiotismo, la usura, el hecho de que quien no tiene casi nada, pierda lo elemental de su mobiliario, de su salud, de su tranquilidad.
Una de las razones para que el dinero mande sobre vidas y destinos de quien lo necesite, ha de ser mantener las enormes ganancias que reporta la Comisión Nacional Bancaria y de Valores que obtuvieron los 50 bancos que operan en el país: de enero a octubre del 2019, 149 mil millones de pesos y en el pandémico 2020, en el mismo lapso, 98 mil millones de pesos. Chulada de ganancias, sí, ganancias absolutas fuera de gastos. Las consecuencias AL TIEMPO.