Con la impronta de su gobierno, de una gran habilidad para manejar la agenda política y los tiempos de la misma a su muy personal estilo de gobernar, el presidente ahora lanzó un buscapiés donde perfila una muy abigarrada lista de convocados (por decirlo en términos de selección futbolera) a la fiesta grande del 2024.
En ella aparecen, por una parte, algunos aspirantes evidentemente consagrados con lo que les hace un nuevo guiño que alienta sus sueños presidenciales.
Pero, sorpresivamente, el pícaro del presidente también apunta en la lista a personajes que definitivamente no están a la altura de una real competencia por la silla del Águila.
Y aún más interesante, resulta que la lista (complementaria) de los nombres omitidos, que fiel a la tradición mexicana del “tapado” podría ser la estrategia para cuidar “del bueno” y evitar así su desgaste a una exposición prematura.
En esta lógica encontramos tres grupos de aspirantes del handicap morenista: Los consagrados, los señuelos y los tapados.
Los consagrados.
Marcelo Ebrard y Claudia Sheinbaum encajan perfectamente en el primer grupo.
Ambos tienen poder, dimensión, foro y resultados suficientes para la categoría de consagrados. También lo tienen Juan Ramón de la Fuente y Esteban Moctezuma.
Aunque el prestigiado psiquiatra de la UNAM ha sido enfático en auto descartarse para estar en la contienda por la gran silla.
No así el embajador en Washington, quien nunca se ha descartado.
Los señuelos.
Son nombres que seguramente el presidente incluyó para despistar al respetable y lograr que los que se sienten punteros, no crean que ya la tienen segura.
Ellos serían una especie de sparrings oficiosos para proteger a los verdaderos delfines presidenciales.
Porque lo que en realidad tiene el fuerte aroma de ser una mera puntada, o incluso una de las conocidas ironías del político de Macuspana, fue haber anotado a dos mujeres como Tatiana Clouthier y el de Rocío Nahle, quienes por su condición de género se convierten de manera automática en competidoras de la hasta ahora solitaria corredora del feminismo, Claudia Sheinbaum.
Finalmente aparece el grupo de “los tapados”.
Propios y extraños afines al partido gobernante, reconocen la habilidad y el oficio político de Ricardo Monreal, quien desde el Senado de la República ha sacado adelante, y no siempre por el camino aterciopelado, todo proyecto que el presidente le encarga.
El zacatecano ha sido un factor clave en la estrategia presidencial en materia legislativa y, además, un aliado político fundamental y por ello pertenece con méritos suficientes al grupo de los tapados.
Cierra este bloque el funcionario público con mejor prestigio de eficiencia dentro del gabinete ampliado.
Sin duda es Santiago Nieto Castillo.
Los asistentes al informe del Presidente con motivo del tercer aniversario del triunfo en las urnas, podrán contar la notoria ovación que generó la mención de su trabajo en la lucha contra la corrupción y que al ser pronunciado su nombre arrancó aplausos y expresiones de aliento. Sin porra de por medio como la movilizada por la sagaz Jefa de Gobierno, el titular de la Unidad de Inteligencia financiera se llevó elogios genuinos.
Aún falta buen trecho para la designación del heredero del tabasqueño en Palacio Nacional, pero estaremos atentos apuntando aquí las altas y bajas de personajes en la vertiginosa carrera presidencial.
AMLO le pegó un fuerte varazo al avispero de la sucesión.