Al calificar a la Plaza de Toros Santa María como un monumento artístico, casi único en el mundo, la delegada del Instituto Nacional de Antropología e Historia, Rosa Estela Reyes García, llamó al gobierno y a todas las capas sociales a reflexionar sobre su defensa, mientras el cronista del Estado y Municipio Andrés Garrido del Toral propuso que los posibles compradores se obliguen a respetar el trazo del inmueble y que el gobernador electo Mauricio Kuri y el alcalde capitalino Luis Nava no otorguen ninguna licencia de construcción que no deje contentos a los queretanos.
Entrevistados por el periódico PLAZA DE ARMAS sobre la venta del coso inaugurado hace casi 58 años ambos defensores de la cultura y tradiciones mostraron su preocupación por la eventual destrucción y llamaron a la movilización de las instancias oficiales para evitarlo, aunque no esté en el perímetro protegido por la declaración de Patrimonio Cultural de la Humanidad y sea propiedad privada.
“Tenemos que organizarnos y defender este monumento artístico de estilo andaluz que tiene un diseño como pocos a nivel internacional” declaró la socióloga Rosa Estela Reyes García directora del Centro INAH en la entidad desde julio de 2017 y ex directora del Museo Regional de Querétaro.
Coincidió en este llamado el doctor en derecho Andrés Garrido del Toral, cronista de Querétaro, a pesar -aclaró- de no ser taurino. “La solución que encuentro es hacerle como en Barcelona: el dueño puede vender pero el que compre no puede edificar otra cosa sin respetar el trazo del inmueble artístico”.
Explicó el historiador, autor de más de 30 libros y colaborador de este periódico, que en Barcelona los locales de la Plaza de Toros se acondicionaron conservando la construcción original y sugirió que el próximo gobernador del Estado, Mauricio Kuri y el presidente municipal reelecto Luis Nava no otorguen ninguna licencia para alterar la imagen del inmueble construido por el licenciado Nicolás González Jáuregui en 1963 y donde se han efectuado no solamente corridas de toros, sino importantes espectáculos y acontecimientos sociales y políticos.
Extraoficialmente ha trascendido el propósito de los herederos de la Plaza Santa María para venderla a empresas interesadas en desarrollar ese espacio para otros propósitos, con la posibilidad de derribarla para construir algún centro comercial, lo que ha motivado inquietud en diversos sectores sociales, no solamente entre los aficionados a la fiesta brava, por considerar que es parte del paisaje urbano de la ciudad.