Por una #SociedadHorizontal
Justo después de las elecciones del 2018, un grupo de amigos reflexionábamos sobre la forma en que evolucionaría la política en los siguientes años. El caudal de votos que en aquel momento había recibido Morena, nublaba las conversaciones. Yo aseguraba entonces que el territorio donde mayor vulnerabilidad tendría el gobierno recientemente electo, sería precisamente la CDMX. Aunque pocos compraron mi argumento, la razón era la que hoy se ha hecho evidente: la capital es el lugar en el que el proyecto de AMLO lleva más tiempo, es donde las fisuras, contradicciones y deficiencias de su proyecto político son más evidentes. Sostener el discurso en la capital, sería mucho más complicado que en el resto del país.
Los resultados de la pasada elección muestran claramente que tanto en la CDMX como en los corredores contiguos del Estado de México en el valle central, amplios segmentos de la población decidieron dar un voto de castigo al actual gobierno. La variable que actuó de manera decisiva en la elección del pasado 6 de junio, fue la clase media, que en solo tres años modificó radicalmente su voto.
En 2018, una encuesta publicada por Parametría señalaba que el 65% de los votantes tenía una mayor escolaridad (universidad, maestría, doctorado). En ese mismo estudio se señalaba que López Obrador obtuvo el voto de personas con ingresos de entre 15,000 y 20,000 pesos. Es decir, la gente más preparada y con mayores ingresos votó por AMLO con la idea de que se diera un cambio. No obstante, según Mitofsky, el nivel de escolaridad promedio de quienes votaron esta vez por Morena, fue mucho menor cuando se le compara con los que votaron en 2018.
Hace tres años, mientras mayor nivel educativo se tuviera, mayor era la propensión a votar por AMLO. Esto se acabó. Las clases medias y medias altas, decidieron cambiar su voto y castigar al gobierno. En las zonas urbanas, especialmente en la CDMX fue contundente el “referéndum» entre dos propuestas: Morena o anti-Morena. Mientras que el promedio de votación fue del 52%, en las zonas más acomodadas, la participación llegó a ser de hasta el 62%. Los votantes vieron en la coalición PRI-PAN-PRD, el vehículo para manifestar su inconformidad contra el excesivo protagonismo que ha tenido López Obrador y contra lo que consideran un populismo nocivo. Adicionalmente, lo que más le pegó al gobierno, fue el malestar por la situación económica.
Después de 24 años de gobiernos de izquierda en la capital del país, la oposición conquistó un 52% de los votos, frente al 48% que consiguió Morena. La CDMX quedó dividida en dos. La zona poniente que incluye Azcapotzalco, Cuauhtémoc, Miguel Hidalgo, Benito Juárez, Cuajimalpa, Álvaro Obregón, Coyoacán, Magdalena Contreras y Tlalpan, quedó en manos de la oposición. La zona oriente la mantuvo el partido guinda.
En respuesta a estos resultados, AMLO declaró que en la CDMX “ahora hubo un avance hacia el conservadurismo”. El mandatario dijo que sobre todo sectores de clase media fueron influenciados; “se creyeron lo del populismo, lo de que íbamos a reelegirnos, lo del mesías tropical, el mesías falso, etcétera”. Posteriormente, López Obrador se volcó contra las clases medias de quienes dijo “son aspiracionistas, egoístas y quieren triunfar a toda costa”.
En lugar de confrontarse y criticar la condición “aspiracionista” de la clase media, sería útil que el presidente entendiera que buena parte de México quiere dejar de ser mediocre, tener educación, salud, vivienda, acceso a crédito, mejorar sus condiciones de vida. Si la llamada 4T no atiende a este decisivo sector de la población, la derrota sufrida en la CDMX se expandirá con gran velocidad hacia las zonas urbanas del país.
La elección del domingo pasado dejó claro que el proceso de cambio en México esta instalado, con una sociedad que día con día evoluciona. La clase media es esa parte de la #SociedadHorizontal que se esfuerza diariamente por garantizar una mejor convivencia, por valorar el esfuerzo, el trabajo, la disciplina y la capacidad innovadora que hoy existe en el país. Será este segmento de la población el que definirá el verdadero rumbo del proyecto nacional en los próximos años. Mal hace el presidente al confrontarla.