Francamente no entiende uno a qué juegan las autoridades de los distintos niveles y colores. Por un lado la vuelta al burocratismo de la vacunación, con quejas de los adultos mayores por largas colas y esperas de más de seis horas y por el otro el entorpecimiento del tráfico citadino con calles abiertas por todos lados, cuando el próximo domingo son las elecciones. ¡Son unos genios!
Agua que no has de beber, déjala correr.