Por más de 20 años, Andrés Mendoza asesinó y comió parte de los cuerpos de sus víctimas. De forma preliminar, se habla de por lo menos 20 mujeres
Andrés Mendoza, quien aparentaba ser otro vecino más de Atizapán, Estado de México, en realidad habría cometido decenas de feminicidios en los últimos años, los cuales registraba en videograbaciones y de cuyos restos se deshacía al enterrarlos en su casa, o al comerse parte de las víctimas.
De acuerdo con reportes preliminares, este sujeto de 72 años fue asegurado por su probable responsabilidad en el asesinato de quien era su pareja sentimental, Reyna González Amador, de 34 años.
La detención ocurrió el pasado 15 de mayo, cuando agentes acudieron al domicilio de Andrés Mendoza, ubicado en calle Margaritas 22, colonia Lomas de San Miguel.
Un día antes, Reyna González Amador había llegado a este sitio para poner fin al noviazgo y el agresor le habría enterrado un cuchillo para después destazarla.
A su arribo, los efectivos de seguridad registraron la casa y localizaron restos humanos, así como diversos indicios que señalaban un inmueble de terror. Pero apenas estaban por descubrir cómo, durante cuánto tiempo y quiénes sufrieron un destino funesto a manos de Andrés Mendoza.
“Durante esta diligencia fueron encontrados en un sótano los restos de la víctima, quien se ha podido establecer de manera preliminar fue privada de la vida y desmembrada en este sitio”, informó la dependencia encabezada por Alejandro Gómez Sánchez.
Según el informe de la fiscalía estatal, emitido este 18 de mayo, se localizaron huesos, credenciales de elector de las mujeres, prendas de vestir, zapatos, bolsos, maquillaje, collares, aretes, anillos, pulseras y cadenas.
Además, las autoridades decomisaron libretas con varios nombres, donde supuestamente estaría el registro de las víctimas.
Este sujeto enterró los restos óseos en una de las habitaciones de su casa. Para dar con parte de la evidencia fue utilizado un binomio canino y los elementos excavaron sobre el piso del inmueble.
Por las imágenes filtradas se aprecian cráneos, cabelleras completas, un par de pies cortados desde el tobillo y sobre una silla, junto a cuchillos, segueta, machete, y una lima para afilar objetos punzocortantes. Además de rostros desollados, las partes de una mano estaban sobre una mesa, con fluidos y sangre encharcados debajo.
Los informes indican que Andrés Mendoza tenía una preferencia particular por documentar sus atrocidades, pues videogrababa cada una de ellas. En su casa se hallaron alrededor de 20 videocasetes.
En sus primeras declaraciones habría confesado que practicaba canibalismo, pues comía a parte de sus víctimas.
Al menos habría asesinado y descuartizado a 15 personas en los últimos 20 años, una práctica que consideraba habitual y de comprobarse, se trataría de los mayores asesinos de mujeres registrados en el país, junto con los llamados monstruos de Ecatepec, quienes han recibido nueve condenas por igual número de feminicidios.
Los restos localizados en el domicilio de Atizapán corresponderían al menos, a cuatro personas.
Dilcya García, fiscal de Delitos de Género en el Estado de México, explicó en un video que hallaron restos que serían de varias mujeres y otros elementos que indican que el sujeto sería un feminicida serial.
“En el cateo que se realiza en la casa del sujeto imputado, hemos encontrado desgraciadamente diferentes indicios humanos: restos óseos, ropa de mujer, credenciales de elector y otros elementos que nos hacen suponer que pudiese ser un feminicida serial”, aseveró.
Andrés Mendoza es identificado como presidente del Consejo de Participación Ciudadana en Atizapán durante la administración del PAN y actualmente era parte del equipo de campaña de Pedro Villegas, candidato a presidente municipal de dicha entidad por la coalición PAN, PRI y PRD.
Rubicela Gallegos Castillo y Flor Ninve Vizcaíno Mejía habrían sido dos de las víctimas, cuyas credenciales fueron compartidas en Twitter. La segunda de ellas tiene una ficha de búsqueda desde el 16 de octubre de 2016 y fue vista por última vez en la colonia Tejabanes de Tlalnepantla, cuando tenía 38 años.
Mientras que Gallegos Castillo desapareció el 20 de julio de 2019, según un documento de la Fiscalía de la Ciudad de México. Ella también fue vista por última vez en Tlalnepantla. Esta mujer era originaria de Monterrey, Nuevo León, y se habría mudado a la capital del país para dar una mejor vida a su hijo de cinco años.
En la Ciudad de México trabajó en un banco y repartiendo comida por aplicación de Uber Eats. Su padre siguió las indagatorias, pero no pudo llegar más lejos por falta de recursos, según los reportes.