Por diversos flancos y metido en debates de chile de dulce y de manteca, el presidente López Obrador, voluntaria o involuntariamente; como estrategia bien calculada o simplemente producto de su naturaleza de ser un animal político por los cuatro costados, está sobrecalentando el ambiente electoral a solo tres semanas de que se realicen las elecciones intermedias llamadas las más grandes de la historia democrática de México.
Un ejemplo de lo anterior, son sus declaraciones envalentonadas acerca de su intervención en las elecciones de Nuevo León, entidad en la que Morena se ha desplomado en la competencia por la gubernatura y que se complica más con la renuncia del que fuera su candidato a la alcaldía de Monterrey Víctor Fuentes.
AMLO hace bien en no aceptar un debate con el marrullero de Diego Fernández de Cevallos. El panista-salinista efectivamente ha sido señalado por sus maniobras leguleyas en beneficio de empresarios muy ricos, litigios que le han dejado al excandidato presidencial pingües ganancias millonarias.
Pero no es propio de un primer mandatario repasarle su historial a Fernández de Cevallos en la poderosa tribuna que representa el atril de las “mañaneras”.
Mandar al carajo varios temas, no solo el de la tragedia de la Línea 12, es una actitud, al margen de lo estereotipado de la expresión, proyecta una impronta de intransigencia. Una actitud que en el hombre que encarna el máximo poder político en nuestro país, nos refleja que puede representar una peligrosa tentación al autoritarismo.
Las cotidianas condenas, personales e institucionales, al presidente del Consejo del INE, Lorenzo Córdova no contribuyen a una coordinación del proceso electoral en puerta.
Y pueden seguir los ejemplos de injerencia presidencial en las elecciones.
Ante esa expectativa de intervencionismo, la sociedad será finalmente la que realice la hazaña formidable de que el proceso electoral en puerta se lleve a cabo en paz y con credibilidad en sus resultados.
El llamado obligado sería:
¡Serenidad señor presidente!
EN TIEMPO REAL.
1.- López-Dóriga, el de más seguidores en Twitter
La cuenta de Joaquín López-Dóriga en Twitter obtuvo el primer lugar en interacciones con 1.7 millones.
Además, López-Dóriga tiene 7.8 millones seguidores.
EL PASADO martes, Story Baker publicó el ranking social de medios en México correspondiente el mes de abril de 2021, donde destaca Joaquín López-Dóriga.
El reporte está basado en el desempeño de los publishers más relevantes de México en las categorías: política, deportes, noticias generalistas y negocios.
Felicitaciones al reconocido teacher López-Dóriga.
2.- San Juana Martínez recibió un esquinazo de la CNDH. El organismo consideró que la petición de San Juana Martínez no procede. Por su parte Gobernación declaró que el caso de San Juan es laboral y no periodístico. ¡Sopas!
3.- En Puebla, el gobernador Miguel Barbosa no quiere que sea alcalde de la capital su “compañera” de partido, Claudia Rivera Vivanco. Por ello se ve claro el apoyo al abanderado del PAN, quien es más cercano a Barbosa al panista Eduardo Rivera Pérez que la aspirante Morenista.